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¿Qué hizo el pueblo judío cuando vio a los egipcios acercándose? (v. 10)
ONKELÓS: Se quejó con resentimiento a Dios.
RASHI: Rezó a Dios, practicando la profesión de sus ancestros. Así, encontramos que Avraham rezó, como declara el versículo: “Avraham se levantó temprano de mañana al lugar donde había estado parado [en plegaria] ante Dios” (Bereishit 19:27). Itzjak rezó, como declara el versículo: “Itzjak salió para rezar en el campo” (ibíd. 24:63). Iaacov rezó, como declara el versículo: “Y él rezó a Dios” (ibíd. 28:11).
BARTENURA Y GUR ARIÉ: Inmediatamente después de que el pueblo
judío rezó a Dios se quejó a Moshé de que él lo había sacado de
Egipto sólo para morir en el desierto. Esto demuestra que ellos no
creyeron realmente que Dios los salvaría, por lo que sus plegarias a
Dios deben haber sido más una queja que una plegaria sincera.
Por esto, Rashi declara que ellos “practicaron la profesión de sus
ancestros”, o sea, no rezaron a Dios porque realmente creyeron que
El los salvaría, sino más bien porque se acostumbraron a la plegaria
habitual — una costumbre que habían heredado de sus
antepasados.
RAMBÁN: Es inconcebible que el mismo grupo de gente que rezó
a Dios también se quejara a Moshé, pues la plegaria es una
expresión de fe, y quejarse demuestra una falta de fe.
Hay varias soluciones posibles:
1) Había grupos diferentes. Algunos rezaron a Dios, otros se
quejaron a Moshé.
2) Ellos creyeron en Dios pero desconfiaron de Moshé. Se
quejaron de que Dios nunca pretendió que salieran de Egipto, y
Moshé los había sacado con falsedad. Las diez plagas, argumentaron,
fueron meramente para castigar a los egipcios, pero no eran
una señal de que era momento de salir de Egipto.
3) No rezaron en absoluto, sino que se quejaron a Dios, como
sugiere Onkelós.
4) Primero rezaron a Dios, pero cuando vieron que los egipcios
seguían acercándose a ellos, a pesar de sus plegarias, sufrieron un
cambio de ánimo y comenzaron a desconfiar de Moshé.
Torat Menajem
LA CRISIS DEL PUEBLO JUDÍO (V. 10)
Es bastante comprensible que, al enfrentarse con que “los egipcios
avanzaban tras ellos [en total unidad]” (v. 10), el pueblo judío estuviera
“muy asustado” y “clamara a Dios” (ibíd.). ¿Por qué sintió Rashi la
necesidad de ofrecer una larga explicación de cómo el pueblo judío
“practicó la profesión de sus ancestros”, citando ejemplos de Avraham,
Itzjak y Iaacov? ¿Qué es difícil de comprender acerca del pueblo judío
clamando a Dios en su hora de necesidad? ¡El versículo se sobreentiende!
EL PROBLEMA DE RASHI
A Rashi le inquietaba el siguiente problema: Dios ya había prometido
al pueblo judío que llegaría a la Tierra de Israel (véase Shemot 3:17
Vaeirá 6:8, Bo 12:25). Entonces, ¿por qué precisaron rezar a Dios para
ser salvados? ¡El ya les había prometido que saldrían de Egipto
“triunfantemente” (14:8)!
Y si el pueblo judío no creyó en Dios, ¿por qué rezó del todo?
Para contestar esta pregunta Rashi explicó que “practicaron la
profesión de sus ancestros”. O sea, sus plegarias no resultaron de una
falta de fe sino, más bien, porque el pueblo judío desde épocas
inmemoriales siempre ha rezado a Dios en cada oportunidad. Así, sus
plegarias no eran una súplica desesperada a Dios debido a la crítica
situación, sino una actividad normal y natural para los judíos, como una
“profesión”.
Esto explica también por qué citó Rashi una serie de versículos:
Rashi cita tres versículos para demostrar que cada uno de los tres
antepasados rezaron. Sin embargo, los versículos que transcribe no son la
única instancia en que hallamos que sus plegarias se mencionan
explícitamente en las Escrituras. De hecho, estos tres versículos los
describen rezando en una situación común, mientras que hay otros que
exponen su intensa plegaria en momentos de necesidad (tal como la
plegaria de Itzjak por hijos (Bereishit 25:11) o la de Iaacov para salvarse
de Eisáv (ibíd. 32:10-13)).
Esto es porque Rashi no deseó acentuar aquí que los antepasados
rezaron en un momento de necesidad sino, más bien, que su “profesión”
era una de plegaria. Por lo tanto, citó los versículos que describen a los
antepasados rezando de una manera común, usual.
¿POR QUÉ SE QUEJÓ EL PUEBLO JUDÍO?
Si el pueblo judío creyó de hecho en Dios, ¿por qué encontramos que
muy pronto se quejaron a Moshé: “Es porque había escasez de sepulturas
en Egipto que nos sacaste para morir en el desierto? ¿Qué es esto [que]
nos has hecho, al sacarnos de Egipto?” (v. 11). ¿Esto no parece sugerir
que les faltaba fe?
Sin embargo, se podría argumentar que sus quejas no se debían a una
falta de fe sino, más bien, a un estado de emergencia. O sea, a pesar de
que creían, con todo se asustaron y se quejaron a Moshé cuando vieron
a los egipcios acercándose. Pues la naturaleza humana es tal que la
persona puede sumirse en el pánico en una situación de emergencia, aun
cuando genuinamente cree que será salvada por Dios.
En este espíritu dijeron nuestros Sabios que “la persona no puede
tenerse por responsable [por sus palabras] en un momento de desastre
personal” (Bavá Batrá 16b), no porque actúe perversamente sino, más
bien, porque es incapaz de pensar adecuadamente debido a la presión
del momento (véase Rashi ibíd.).
Así, en nuestro caso, a Rashi no le inquietaron las quejas del pueblo
judío a Dios, ya que se expresaron en angustia.
De hecho, sobre el vers. 15 más adelante, cuando Dios contesta a las
plegarias de Moshé, Rashi comenta: “No tienen nada que hacer sino
viajar, pues el mar no se pondrá en su camino. El mérito de sus
antepasados, su propio mérito, y la fe que tuvieron en Mí cuando salieron
[de Egipto] bastan para partir el mar para ellos”.
De esto vemos claramente que, según Rashi, su fe los acompañó a lo
largo de todo el tiempo entre dejar Egipto y la partición del mar. Por
consiguiente, sus quejas aquí no fueron una expresión de fe menguante
sino, más bien, una especie de comportamiento irracional típico de una
emergencia.
RESOLVIENDO LA PREGUNTA DE BARTENURA
En base a la explicación dada podemos resolver un problema que
inquietaba a Bartenura y a Gur Arié. Ellos estaban perplejos ante la
aparentemente contradictoria reacción del pueblo judío al ataque de Egipto.
Por un lado encontramos que exhibieron fe al rezar a Dios; pero por el otro
sus quejas a Moshé parecían describir una falta de fe. Esto los condujo a la
conclusión de que, de hecho, al pueblo judío le faltaba fe y por consiguiente
sus plegarias probablemente no eran sinceras (comp. con Rambán).
Sin embargo, en base a la mencionada explicación, este problema se
desvanece. Pues no eran las plegarias del pueblo judío lo que no era
sincero sino, más bien, lo eran sus quejas. Pues, articuladas en un
momento de pánico, no representaban la auténtica condición del pueblo
judío en ese momento: una fe total en Dios.
(Basado en Likutéi Sijot, Vol. 11, pág. 52 y ss.)