El amor por la tierra de Israel

El amor por la tierra de Israel

No es suficiente vivir en la tierra y conocer su valor y sus bondades, también debemos amar a nuestra tierra buena y sagrada.

Hemos aprendido de la Torá, que se debe valorar la tierra buena y agradecerle a Dios por ella, como está citado: “Pues Adonai, tu Dios, te va a traer a una tierra buena, tierra de torrentes de agua, manantiales y hontanares (manantiales) surgen en la quebrada y en la montaña. Tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares de aceite y de miel. Tierra en la que no con pobreza comerás en ella pan, no carecerás de nada en ella, tierra que sus piedras son hierro y de sus montañas extraerás cobre. Comerás y te saciarás y bendecirás a Adonai, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado” (Versículos 7-10). En numerosas ocasiones no prestamos atención al simple significado que se desprende de los versículos. El aprendizaje elemental que se infiere de estos versículos, es que la Torá nos educa a amar a la tierra de Israel, y a partir de ello a agradecerle a Dios por ella.

El Talmud relata (Ketuvot 112ab) que Rabí Aba, cuando llegaba a la frontera de la tierra de Israel, besaba sus piedras de tanto amor por la tierra. Y Rabí Jiya Bar Gamda se revolcaba en su polvo por su intenso amor, a fin de cumplir lo citado: “Te levantarás y tendrás piedad de Tzión, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. Porque tus siervos aman las piedras de ella, y miran con afecto hasta su mismo polvo” (Tehilim, Salmos capítulo 102, versículos 14-15). Y así escribió el Rambam: “los grandes Sabios besaban los límites de la tierra de Israel y sus piedras y se revolcaban en su polvo, y así él dice: “Porque tus siervos aman las piedras de ella, y miran con afecto hasta su mismo polvo” (Hiljot Melajim, 5, 10). Y aparentemente, debemos preguntar, ¿por qué escribió el Rambam estos relatos en su libro de Halajá (ley religiosa judía) y acaso nosotros aprendemos alguna Halajá por el hecho de que los grandes Sabios de Israel besaban el polvo de la tierra y abrazaban sus piedras? Estos relatos, aparentemente, tienen su lugar en los libros de ética y no en los de Halajá. Pero de esto aprendemos algo sumamente importante, que debemos amar a la tierra de Israel. No alcanza con residir en ella y conocer su valor y sus bondades, también debemos amar a la tierra buena y sagrada.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj y Maor Horowitz, Academia Rabínica "Har Brajá".

 

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