El botín-una bendición de D-s

El botín-una bendición de D-s

 

En cierta forma, David establece una ley sobre cómo distribuir el botín de guerra. Pero resulta que se trata de una ley antigua de la época de nuestro patriarca Abraham y Moshe Rabenu, que viene a expresar que el botín es una bendición de D-s y no solamente un derecho de propiedad. 

 

Una vez que David y sus hombres fueron rechazados para participar en la guerra, retornan a su sitio y descubren que Amalek asalto la ciudad de Tziclag y tomaron como rehenes a todos. David no se demora y tras una consulta realizada al Urim veTumim, el Pectoral, sale junto a todos sus hombres, a la guerra contra Amalek. Cuando llegan al rio Besor, quedan doscientos hombres atrás, fatigados de tanto caminar. Al regresar con todo el botín, David establece una ley que cuando se reparte el botín, el mismo es recibido por los que salieron a la guerra y por aquellos que permanecieron en la retaguardia, por igual. Esto, a diferencia de lo que sostenían algunos de los hombres que fueron con él, argumentando que a los otros no les corresponde recibir absolutamente nada. 

 

 

 

Esta ley, según la cual debe dividirse el botín tomado entre los combatientes y los otros hombres, ya la encontramos en la guerra de Moshe contra Midian, allí D-s también ordena: “Y habrás de dividir lo apresado, entre los participantes en la batalla, -los que salieron a la guerra- y entre toda la congregación” (Bamidbar, Números, capítulo 31, versículo 27). El comentario “Meshej Jojma” también agrega que se trata de una ley antigua, aun de la época de Abraham, cuando salió a librar la guerra contra los cuatro reyes. Cuando el rey de Sdom pidió a las personas,  Abraham renuncia a todo el botín, a excepción de la parte de los combatientes: “Excepto, sólo lo que comieron los mozos, así como la parte de los hombres que fueron conmigo — Haner, Eshkol y Mamré — ellos tomarán su parte” (Bereshit, Génesis, capíitulo 14, versículo 24). 

 
 

 

¿Cuál es la lógica de esta ley? ¿Acaso el que salió al combate no puso en riesgo su vida, y, aparentemente, hizo posible la salvación, y por qué los que quedaron atrás y no lucharon, de hecho, tendrán el derecho de recibir el botín? ¿Acaso no sería suficiente que recibieran a sus familiares que habían sido tomados como rehenes? 

Parece que la respuesta está escrita en nuestro capítulo, cuando David les envía parte del botín a los ancianos de Iehuda, diciéndoles: “He aquí un presente para vosotros del botín de los enemigos del Señor” (versículo 26). 

El enfoque que se haya en la base de la leyes que el botín, en las guerras de Israel no es un patrimonio que se logra por la fuerza del brazo humano del que combate, sino que todo proviene en mérito a la ayuda Divina y por ende, no se trata realmente solo de los bienes de los combatientes sino también el patrimonio de todo el pueblo. También el pueblo es participe  en la guerra en el sentido espiritual de la plegaria y el mérito del pueblo que esta junto a los combatientes. En todo caso, ellos también tienen derecho a la bendición Divina. 

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