Una persona que robó, pero no tiene a quién restituirle el objeto robado, debe darle el dinero al Cohen. Esta Halajá (Ley religiosa judía) indica que el Cohen no está desconectado de lo que acontece en el pueblo, sino que debe estar involucrado en las cuestiones civiles.
Uno de los temas que aborda nuestro capítulo es “el hurto a un extranjero”-un caso en el que el deudor fallece sin dejar herederos, y por ende no hay nadie que reclame el objeto hurtado. La Torá establece que en un caso así el objeto hurtado le será entregado al Cohen.
El enfoque del hurto a un extranjero como uno de los regalos para el Sacerdocio despierta curiosidad. La mayoría de los presentes para el Sacerdocio le son entregados al Cohen por su estatus particular o por su santidad (Por ejemplo: Terumá (contribución), Bikurim (Primicias), Bejor Behemá (primogénito de la bestia), la carne de las ofrendas, etc.) A diferencia, en el caso citado anteriormente, se trata de un patrimonio robado, que le es entregado al Cohen porque no hay quien lo reclame. ¿En qué se basa esta singular Halajá?
A mi parecer, este episodio expresa el involucramiento que se le exige al Cohen en los conflictos civiles. El Cohen, que se encuentra en el campamento de la santidad, no puede limitar su tarea única y exclusivamente al ámbito del Mishkán (Tabernáculo). Incluso, cuando el Mishkán se halla bajo su responsabilidad, la función del Cohen va más allá de sus límites. El Cohen, como representante del estado ideal de santidad y pureza, debe involucrarse en las cuestiones habituales de la persona común e influir sobre ellos. En el judaísmo, no existe una división dicotómica entre temas civiles y cuestiones de santidad. Por ello, el Cohen, además de su involucramiento en las cuestiones sacras, debe dar su opinión también sobre las cuestiones humanas cotidianas.
Pero hay aquí algo más: no sólo que el “representante de la santidad” debe involucrarse a sí mismo en cuestiones civiles-tampoco las propias cuestiones civiles no están desconectadas de la santidad. Por ello el deber del extranjero no se halla limitado a la esfera económica ni es anulada al no haber un demandante; al morir el extranjero-debe pagarse la deuda al Cohen.
En términos más generales, esta excepcional Halajá del hurto al extranjero expresa el trato y el vínculo existente entre el campamento de la Divinidad y el campamento de Israel. Desde este punto de vista, el episodio se combina perfectamente con la apertura del libro Bamidbar, que trata como fuera dicho, sobre la constitución del campamento Israel y su consolidación alrededor del campamento de la Divinidad.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".