El enfoque postmodernista de Kohelet

El enfoque postmodernista de Kohelet

Los Sabios solicitaron guardar el libro Kohelet, Eclesiastés, ya que “sus conceptos se contradicen entre sí” y porque “los mismos tienen una tendencia a la herejía”. ¿Cómo comprenderemos la existencia de las contradicciones en el libro Kohelet? ¿Qué es lo que vienen a  enseñarnos?

El libro Kohelet contiene numerosas contradicciones.

Hay en él contradicciones internas, como por ejemplo: “Y encomié yo la alegría” (Capítulo 8, versículo 15) en contraste con “y en cuanto a la alegría “¿es lo que ésta hace?” (Capítulo 2, versículo 2), y también tiene contradicciones a los conceptos de la Torá, como por ejemplo: la contradicción del principio de recompensa y castigo.

A pesar de ello, Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, optaron por incluir a  Kohelet en el Tanaj, ya que su comienzo y su final contienen palabras de Torá. Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, propusieron conciliar las contradicciones del libro Kohelet. A diferencia de este enfoque, podemos hacer referencia a las contradicciones del libro Kohelet como una parte fundamental del libro. Kohelet fue escrito en una atmosfera similar a la postmoderna.

El postmodernismo se caracteriza por la ausencia de verdades absolutas y la relatividad. No se pude demostrar una verdad absoluta. Toda expresión es verdadera en forma relativa. A raíz de ello, queda anulada la hegemonía. Si nadie pude demostrar su razón, de todos modos no hay justificativo para la existencia de una élite que define qué es correcto y qué no. Otro fenómeno del periodo postmoderno es la anulación de las grandes ideologías, que ocasionaron una gran destrucción en el siglo veinte.

La lectura de la Meguilá de Kohelet revelará que se hallan en ella todas las características del postmodernismo: Kohelet se caracteriza por la falta de verdades absolutas. Cita afirmaciones y lo opuesto a las mismas. Toda expresión es, en cierto modo, correcta pero no es todo. Anula las grandes ideologías, al proclamar en el inicio del libro: “Todo es absurdo” (Capítulo 1, versículo 2). No hay un orden de prioridades, sino que “Para todo hay un tiempo, y una hora” (Capítulo 3, versículo 1). Incluso objeta el orden humano: desprecia la sabiduría y la riqueza y pone en tela de juicio la superioridad del hombre por sobre los animales.

Kohelet se dirige al postmoderno y le enseña cómo precisamente, el postmodernismo puede ayudarlo a liberarse del estado de la duda y llegar a la fe. Las grandes ideologías, según Kohelet, funcionan como una alternativa de la fe. El colapso de las mismas es el desmoronamiento de la idolatría. La incertidumbre y las derivaciones de las verdades aceptadas, hacen posible allanar el camino hacia la fe: “¡El epílogo! Todo se entiende: a Elohim has de temer y Sus preceptos has de cuidar, ya que esto es toda la persona” (Capitulo 12, versículo 13).
Sintetizado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído de una clase dictada en el marco de una Jornada de Estudio de Tanaj, celebrada en el año 5770.

 

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