Mientras que el capítulo 4 describió las facetas terrenales de la guerra y el heroísmo de los combatientes, en el cántico de Débora aparecen unidos este heroísmo con el heroísmo divino. Las expresiones poéticas del cántico relacionadas con Dios pueden ser comprendidas como una acción en el marco de la naturaleza, pero también pueden ser entendidas por lo que son-como un involucramiento celestial.
El capítulo 4 describió la guerra en su faceta terrenal, la cual fue definida a capa y espada (Capítulo 4, versículos 15-16) en base a la fuerza de los combatientes. El capítulo 5, el capítulo del cántico-agregó la descripción del involucramiento divino en el marco de los sucesos en forma milagrosa. Hay aquí una asociación concreta del cielo y la tierra. El heroísmo incipiente en Israel en la época de Yehoshua, y el cántico retornó a esa bravura y coronó a los destacados del pueblo con esa corona. La entrega incondicional de la persona y su heroísmo figuran en el cántico en su grandeza. Y sin embargo, el heroísmo de Israel tal como aparece en el cántico de Débora no se sostiene por sí mismo, sino que está totalmente unido a la aparición de Dios y el heroísmo celestial:
(Versículo 13) “Entonces guerreó el sobreviviente del pueblo, contra un pueblo fuerte. El Eterno guerreó conmigo contra los poderosos”
(Versículo 23) “Porque no vinieron a ayudar al Eterno, en ayuda del Eterno contra los poderosos”
(Versículo 31) “Así perezcan todos tus enemigos Eterno. Mas los que le aman, sean como el sol en todo su esplendor”
Dos factores, Dios bendito sea e Israel, se aglutinan aquí para la guerra. La unión “Adonai, Dios de Israel”, que figura dos veces en el cántico, expresa el nexo y la identidad entre Israel y su Padre Celestial. Aquel que viene a luchar contra Israel combate contra Dios: “Así perezcan todos tus enemigos, Eterno” (Versículo 31)
Pero las expresiones poéticas pueden ser comprendidas desde lo literal de su significado, como un involucramiento celestial con milagros manifiestos que exceden el orden natural. En la primera parte del cántico (Versículos 1-13) es colocada la victoria sobre Sisrá junto a la aparición de Dios y sus apariciones del pasado en el éxodo de Egipto y en el evento en el monte Sinai, y así, el cántico definió la calidad del milagro y su correcto valor histórico: “De los cielos pelearon: Las estrellas desde sus órbitas pelearon contra Sisrá… Barriólos el torrente de Kishón. El antiguo arroyo, el arroyo Kishón” (Versículos 20-21)
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro “Oz Vaanavá-Iyunim beYehoshua veShoftim”, publicado por Midreshet Hagolán.