Los hechos en el libro de Ester reflejan una parábola de la vida del pueblo en la diáspora, con constantes ataques antisemitas y un peligro existencial permanente.
Un concepto básico de la Meguilá, el libro de Ester, contempla el odio a los judíos como una cuestión constante. En nuestra generación, vemos de manera muy justificada, una semejanza entre los acontecimientos acaecidos durante la trágica Shoá, el Holocausto, en Europa y el plan que se refleja en la base de la Meguilá. No obstante, también los nazis, borrado sea su nombre, quienes dedicaron un componente importante de su fortaleza militar y económica para la aniquilación de los judíos, y se apoyaron en una tradición antisemita extensa y sólida, no se imaginaban, aún si lo deseaban, aniquilar a los judíos en un día. Tampoco Paró, el Faraón, no lo planificó de ese modo, y adaptó la aniquilación al ritmo de los nacimientos.
¿Cuál es, entonces, el sentido de la expresión que Hamán quiere matar a todos los judíos en “un solo día”? Dicha expresión, sin duda, agudiza el carácter centralizado del gobierno de los persas, que construyen un plan según el cual, aparentemente, se puede ejecutar una orden como esta en un día, en todos los ámbitos del gran reino. Además destaca de un modo notable la intensidad del odio-la voluntad de librarse de los judíos en una jornada. Pero al mismo tiempo, en ese plan se halla lo opuesto-eso que convierte a la consigna en imposible, y le permite a los judíos eludir ese destino.
A la luz de todo ello, podemos ver en el relato de la Meguilá, una lectura muy profunda de la realidad suprahistórica, por parte de su autor. Los hechos del libro de Ester se convirtieron en una parábola sumamente intensa sobre la vida del pueblo en la diáspora. La Meguilá finaliza en la diáspora. Aparentemente, el final es positivo, pero una mirada profunda revela otro cuadro. La diáspora es descripta en la Meguilá como un centro permanente de riesgo existencial. Se infiere de ella un gran clamor de falta de lógica, de hecho no es posible intentar alguna explicación para la aniquilación, por el contrario: los judíos se reflejan como súbditos muy obedientes. Sucesos menores en la diáspora, pueden derivar en una amenaza de exterminio. La diáspora refleja pues una problemática constante, que no puede ser solucionada de otro modo que no sea anulándola.
El pueblo que a lo largo de la historia eleva el concepto de “Yo soy D-s”, se expone al exterminio en manos de quien grabó en su bandera el lema de “Yo soy Paró”. El pueblo que, a través de su existencia porta un mensaje tan esencial, vive en una gran tensión dialéctica entre la promesa de la eternidad y el temor permanente del exterminio. A veces, este exterminio se ejecuta de hecho en forma física, y otras, a partir del poder del mecanismo de auto-exterminio de la asimilación y la diáspora. Mordejai salva al pueblo de Israel, pero al servir a la administración persa colabora con la perpetuidad de la diáspora que desencadenará un nuevo peligro.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Citado en el libro “Hadasá es Ester”, de la editorial Tevunot.