Al recibir el manto, Elishá se convirtió en el discípulo de Eliahu; al vestir su manto, se convirtió en su sucesor.
Son muy diversas y diferentes las formas de nombrar a una persona para un cargo. Al coronar a un rey-se lo unge con aceite; y así también el Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote. La designación de un profeta se lleva a cabo de otra manera. Cuando Moshé nombra a Yehoshua como el profeta que lo habrá de reemplazar, él coloca sus manos sobre Yehoshua, y de ese modo, Yehoshua se convierte en profeta.
El profeta Eliahu, actúa de otro modo, al nombrar a su heredero. Eliahu designa a su reemplazante al colocarle su manto. Evaluemos el sentido del manto para el profeta Eliahu.
En el primer encuentro entre Eliahu y Elishá, Eliahu lo encuentra a Elishá arando y con él doce yuntas de bueyes. “Y pasando Eliahu junto a él, le echó su manto encima” (Melajim I, capítulo 19, versículo 19). Este acto fue como algo electrizante en el corazón de Elishá. Eliahu no dijo nada, pero Elishá corrió detrás de él, faenó el ganado, se despidió de su casa, y se encaminó detrás de Eliahu para servirle. Al separarse Eliahu de Elishá en nuestro capítulo, cruzan el Iardén (Jordán). A fin de cruzar el Iardén, el texto relata: “Luego tomó Eliahu su manto, y doblándolo, golpeó las aguas, las cuales se dividieron en dos, a uno y otro lado, y pasaron entre ambos en seco” (versículo 8).
Eliahu viste el mismo manto, y en esta ocasión, realiza milagros con él. Tras ello, de inmediato le pregunta a Elishá: “Pide lo que he de hacer por ti, antes de que sea quitado de contigo” (versículo 9). Elishá no pide el manto, pero solicita lo que el manto simboliza: “te ruego que tenga yo, una porción doble de tu espíritu” (versículo 9). Elishá no sabe si en efecto recibió lo solicitado; sólo sabe una cosa: Eliahu desapareció, y el manto-quedó. Elishá rasga sus vestimentas, las prendas del discípulo, y viste el manto que le dejó Eliahu. Así, Elishá se convirtió en profeta.
Y cuando Elishá tiene que cruzar el Iardén, toma su manto nuevo, el manto de Eliahu, “y golpeó con él las aguas, y dijo: "¿Dónde está el Señor, Dios de Eliahu?... y se dividieron en dos, a uno y otro lado; y pasó Elishá” (versículo 14).
Y lo vieron los discípulos de los profetas que se hallaban en Ierijó (Jericó), expresaron: "¡El espíritu de Eliahu ha posado sobre Elishá!" (versículo 15)-al ver en él la señal del profeta, el manto de Eliahu, comprendieron que había heredado el espíritu de su maestro.
Al recibir el manto, Elishá se convirtió en el discípulo de Eliahu; al vestir su manto, se convirtió en su sucesor.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Cortesía del sitio DAAT