El mensaje detrás del enigma

El mensaje detrás del enigma

Nuestro capítulo es un enigma-¿Cuál es esa tierra que hace sombra con las alas? ¿Y acaso se refiere a la derrota de Ashur o es una profecía para el futuro? De una u otra manera, el mensaje principal de nuestro capítulo es que detrás de todos los hechos descritos en las profecías alusivas a los pueblos, se halla el plan Divino, cuyo propósito es: el reconocimiento de todas las naciones del mundo del reinado de Dios sobre el pueblo de Israel y sobre todo el mundo.

El capítulo 18 comienza con un versículo que es todo un enigma: “¡Ay de la tierra que hace sombra con sus alas, que está a la otra parte de los ríos de Kush! (versículo 1). ¿Cuál es esa “tierra que hace sombra con sus alas”? ¿Tal vez, se trate de una nación del norte, o sea Ashur, como sostiene el comentarista Malbim, que viene a convencer a los que quedaron en Iehudá a que se sometan a ella? ¿O quizás, según la explicación de Amós Jajam, es una nación al sur de Egipto cuyo nombre es Kush y sus representantes vienen a ver con sus propios ojos la gran salvación acaecida en Iehudá, con la repentina caída de Sanjerib, el rey de Ashur? ¿O tal vez, es una profecía para el futuro, como explica el comentarista Radak (Rabino David Kimchi) , que alude a la guerra de Gog y Magog, al final de la cual llegará la gran salvación para el pueblo de Israel, junto con el reconocimiento de todas las naciones del reinado de Dios sobre su pueblo y el mundo todo?

A pesar de la división existente entre las interpretaciones mencionadas anteriormente, se pueden encontrar alguno temas en común entre ellos: la expresión “hace sombras con sus alas”, según los comentaristas, da cuenta de que el pueblo está relacionado con una sombra abundante-la sombra de las velas de las muchas embarcaciones que trasladan a la Tierra de Israel al pueblo que llega para investigar el sorprendente milagro acontecido al pueblo de Israel, y que trascendió a la distancia, o que se trata de la sombra de los numerosos árboles que se hallan en la tierra de los que vienen a Israel, y están asentados y viven sobre muchos ríos.

Otra cuestión en común, es que este capítulo representa una especie de pausa en el marco de las profecías alusivas a los pueblos. En este capítulo, dice Dios, que los pueblos en torno a Israel, están confiados en sus capacidades militares para derrotar a sus habitantes (como por ejemplo, la jactancia de Sanjerib, el rey de Ashur). Aparentemente, se ve que tienen razón. En algunas fases determinadas de su ingreso a la Tierra, se ve que está expuesta sin defensa alguna, y que será fácil de alcanzar. Pero Dios le dice al profeta, aún si en determinadas etapas de los acontecimientos históricos, diferentes pueblos se impondrán a Israel, “que estuviera quieto, y mirase desde mi morada” (versículo 4), o sea, no me conmueven en absoluto los disturbios que promueven los pueblos. Desde mi morada, lidero los movimientos de la historia. Al final de todos esos acontecimientos, vendrán todos esos pueblos, o los que queden de ellos “al lugar del Nombre del Señor de los ejércitos, al monte de Tzión” (versículo 7)-al lugar de la tierra de los hijos de Israel quienes gozarán de estar bajo mi gobierno en la época de la redención total.

Es decir, el mensaje principal de nuestro breve y enigmático capítulo es, que detrás de todos los acontecimientos mundiales que se ponen de manifiesto en esos capítulos, se halla un plan conducido y ejecutado por el Creador del mundo, cuyo propósito es: el reconocimiento de todas las naciones del mundo del reinado de Dios sobre el pueblo de Israel y sobre todo el mundo.

Cortesía sitio 929.

 

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