El motivo del Shabat

El motivo del Shabat

“Zejer Lemaase Bereshit”-En recuerdo de la creación

Si decimos que todo el motivo del shabbat es para difundir la idea de “Jidush Haolam”, es decir la creación ex nihilo, no se entiende bien, pues aquel que ya cumple el Shabbat porque así está ordenado en la Torá, él ya va a creer en la creación del mundo porque así lo relata la Torá en Génesis y aquel que no cumple el Shabbat porque no cree en la Torá, tampoco va creer en la creación del mundo, pues el motivo del shabbat, -que Dios creó el mundo en 6 días- eso lo dice la Torá que él no cree.

Por lo tanto no podemos decir que todo el motivo del Shabbat  es para trasmitir la idea de que el mundo fue creado ex nihilo por más que quisiéramos decir que el hecho que todo un pueblo no trabaja y hace el shabbat, eso va a despertar la curiosidad de los demás o de otros pueblos que van a interesarse más y entonces llegarán también a Génesis y saber que el mundo fue creado de la nada. Es decir, hay gente que no cree en la creación del mundo porque no sabe que existe tal posibilidad, es por eso que la actitud de todo un grupo grande de personas lo hará reflexionar. 

Pero si este fuera el motivo por el cual todo el pueblo judío tiene que respetar el shabbat, entonces no se entiende por qué el shabbat tiene que ser de esta manera tantas cosas y tan estricto. Hubiera bastado con un acto simbólico.

Por lo tanto debemos concluir que el motivo del Shabbat es también y principalmente para aquel que cree en la Torá y que cumple el Shabbat. El Gran mensaje del Shabbat es “Zejer (Lekavanat) Lemaase Bereshit”-En recuerdo de (la intención de) la creación- es decir recordarnos la intención, sentido y objetivo de la vida, de la creación. Es decir, que este mundo no es lo importante o el objetivo final, por lo tanto, no deberíamos pasar todo nuestro tiempo en cosas materiales, sino tener al menos un día en la semana (un séptimo de nuestras vidas) para hacer un alto, desenchufarnos de todo y poder dedicarnos al objetivo y sentido de la vida.

Tal como dice en el sidur: “Ubayom Hashevii italam vayesheb al kise kebodo” –Y en el séptimo día, Dios, se elevó y se asentó en Su trono celestial. Durante seis días Dios “estaba ocupado en cosas materiales”, en cosas de este mundo. 

Cualquiera estaría de acuerdo que las cosas de este mundo no son precisamente lo más eleva¬do. Pero es en el momento en que Dios dejó de crear, cuando “volvió” a Su nivel superior, es decir, el nivel superior es cuando reconozco a Dios por Su esencia, no por lo que hace en este mundo, no por el reflejo de lo material, sino cuando podemos trascender el egocentrismo de este mundo y poder enfocarnos en otro centro, en otro eje, más real, más verdadero y enton¬ces observar a Dios no desde los anteojos de la creación, sino desde la realidad verdadera.

A esto es a lo que Maimónides se refiere al comienzo del Mishné Torá, en donde define a Dios como la Existencia primera verdadera que todo depende de Él..., nótese que no utiliza ningún aspecto de este mundo para referirse a Dios (ver allí nues¬tra nota al respecto). 

A esto se refiere el texto bíblico cuando dice: “Porque en seis días creó los cielos y la tierra y el séptimo cesó, por eso bendijo al séptimo día” y los sabios lo explicaron en el sidur: “Esa es la grandeza del día séptimo, pues en él cesó su obra y se sentó en el “Kisé hakavod-trono de la gloria”. El mensaje del Shabat es que recorde¬mos que este mundo no es lo principal, sino que es un medio, para llegar a lo más importante y significativo.

Para algunos este mundo es lo primordial por eso se festeja cuando comenzó (el domin¬go); para otros el hombre es lo más destacado, por eso festejan la creación del hombre (el vier¬nes), pero para nosotros, es festejar lo que real¬mente es sobresaliente, reconociendo que este mundo es un medio y lo importante es lo que viene después. 

Conclusión 
La idea principal que transmite el Shabat es que el mundo fue creado por Dios y esto implica tres conceptos: 

1. Existe un creador, por lo tanto existe un objetivo en la vida. 

2. Dios es el dueño del mundo y el hombre es solo su inquilino. 

3. Este mundo no es el objetivo, es solo un medio para alcanzar algo su¬perior. 

Si somos conscientes de la profundidad de estas tres ideas, toda nuestra vida tomará un rumbo distinto y se llenará de sentido.

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