Ante la promesa de descendencia, Abraham responde con fe, mientras que ante la promesa de la tierra responde con escepticismo. Y este escepticismo, resulta que tiene lamentablemente un precio.

Cuando Dios le prometió a Abraham que sus hijos se multiplicarían como las estrellas del cielo, su reacción fue: "Y él tuvo fe" (6). Cuando Dios le prometió a Abram la herencia de esta tierra, Abraham preguntó: " ¿Cómo sabré que habré de poseerla?" (8).

La primera reacción es la de un creyente. La segunda reacción es la de un escéptico. Los sabios determinaron: aunque la duda surgiera de motivos legítimos y puros, no por falta de confianza en Dios, sino por temor a que sus hijos no fueran dignos de ella - la duda dañó la fe.

Hay quienes dicen que el Pacto entre las Partes vino debido a esta duda. El pacto es el compromiso divino para cumplir la promesa. Pero también incluyó un decreto, el precio de la duda: "tu descendencia será extranjera en tierra ajena, y los esclavizarán y los afligirán durante cuatrocientos años" (13). La debilidad en la fe sobre la herencia de la tierra quedó grabada en la conciencia del pueblo de Israel desde el comienzo de su promesa. Y el castigo por esta debilidad se estableció para las generaciones, en el Pacto entre las Partes.

Cuarenta años de vagabundeo por el desierto fueron decretados para la generación que salió de Egipto, porque los espías no creyeron y sembraron el desánimo en todo el pueblo. Así fue también en los días del retorno a Sión (con Zerubabel, Ezra y Nejemia) , y así también en la era moderna, en la época del movimiento sionista. Hasta que las persecuciones y los sufrimientos no obligaron a los sobrevivientes de la espada a huir del exilio, las multitudes de la casa de Israel no creyeron en la visión del renacimiento de la tierra de Israel y no se apresuraron a emigrar.

¿Qué precios más pagaremos por la duda y la falta de confianza en la posibilidad de que se cumpla la antigua promesa divina de la herencia de la tierra por los hijos de Abraham? O: ¿cómo finalmente corregiremos este error, y en lugar de preguntar "¿cómo sabré?", responderemos también a la promesa de la tierra con "y él tuvo fe en el Eterno"?

Editado por el equipo del sitio web del Tanaj, del libro 'Torat Imeja: Drashot para la porción semanal de la Torá' publicado por Maguid