Como parte de la redención de Israel, el desierto se convertirá en un Edén y el yermo en un jardín de Dios. Debido a nuestros pecados, la tierra fue abandonada y se convirtió en un desierto. Cuando Israel retorne a su tierra, la tierra volverá a florecer como el Jardín del Edén.
Tras la gran destrucción que experimentaron los reinos de Israel y Iehudá y la transformación de la tierra en desolación, Dios consuela a Tzión y sus ruinas, y se le promete según las palabras del profeta: " y ha convertido su desierto en paraíso, y su yermo en jardín del Señor; regocijo y alegría serán hallados en ella, acciones de gracias y voz de melodía" (versículo 3). Es decir, el desierto florecerá y se revelarán en él fuentes de agua e incluso crecerán árboles como en el Jardín del Edén, que estaba colmado de árboles frutales aromáticos. Dichos versículos nos recuerdan los versículos de consuelo en el capítulo 35 que también abordan el florecimiento del desierto: " se alegrarán el desierto y el sequedal, y el yermo se regocijará y florecerá como la azucena (capítulo 35, versículo 1).
Es interesante que en ambos capítulos el florecimiento del desierto depende del retorno del pueblo de Israel del exilio: " Y los rescatados del Señor volverán, y vendrán a Tzión con canciones, y regocijo eterno estará sobre sus cabezas; alegría y regocijo recibirán y huirán la tristeza y el gemido". Este versículo se repite palabra por palabra con ligeras variaciones tanto en el capítulo 35 (versículo 10) como en el capítulo 51 (versículo 11), un hecho que demuestra la estrecha conexión entre los dos capítulos.
¿Cuál es la conexión entre la congregación de los exiliados y el retorno de la tierra de Israel a ser como el Jardín del Edén?
Parece recordar la expulsión de Adam del Jardín del Edén. Según las palabras de nuestros Sabios de Bendita Memoria, el Jardín del Edén se encontraba en la tierra de Israel (Eruvin 19a) y cuando Adam pecó y fue exiliado de allí, el jardín quedó abandonado y sin nadie que lo cuidara y lo trabajara. Ahora, con el retorno del pueblo de Israel a la tierra, se les ordena plantar y establecerse en la tierra según está escrito: " y cuando entren a la tierra y planten cualquier árbol frutal (Vaikrá capítulo19, versículo 23).
Al hacer florecer el desierto, Israel expresa la reparación del pecado de Adam, en el retorno al Jardín del Edén y en el apego a los atributos de Dios, sobre quien nuestros Sabios de Bendita Memoria enseñaron que cuando creó el mundo, primero se ocupó de las plantaciones, como está dicho: " Plantó Hashem Elohim un huerto en Eden — al oriente" (Bereshit capítulo 2, versículo 8).