El rey sale al encuentro del pueblo, escucha su clamor y como consecuencia del profundo pesar reacciona rasgándose sus vestiduras. Entonces queda claro, que él viste un saco, que expresa su ruego a Dios para que los salve de esa situación.
El rey de Israel aparece por primera vez cuando “iba pasando sobre el muro” (versículo 26), es decir, al cumplir su obligación como rey en el momento del sitio-examinar la seguridad en las murallas de la ciudad.
El hecho de que el rey salga de su casa y se dirija al pueblo representaba una oportunidad para los ciudadanos que se veían oprimidos para dirigirse al rey sin mediadores, y “clamar” ante él la injusticia que se estaba cometiendo contra ellos. Así también sucede en nuestro lugar. La mujer presenta ante el rey la injusticia que está sufriendo y su relato le sirve al rey y a nosotros como una ilustración tétrica de la gravedad de la hambruna que se registra en la ciudad.
La reacción del rey de Israel en nuestro episodio en esas circunstancias es la única reacción posible:
“Y sucedió que cuando oyó el rey las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos...” (versículo 30).
El rey no agrega palabra alguna sobre la mujer, ya que ¿qué puede decir? No obstante, su acción manifiesta el trágico sentido del episodio, más que cualquier palabra.
Al rasgar el rey sus vestiduras, como consecuencia de su pesar por lo que escuchó, el pueblo descubrió algo maravilloso:
“y como iba pasando sobre el muro, vio el pueblo que, he aquí, traía el cilicio interiormente sobre su carne...” (versículo 30).
Esto significa que el rey de Israel vestía un saco debajo de su ropa, incluso antes de escuchar las palabras de la mujer que le gritaba. Vestir un saco (en secreto) no puede ser interpretado como un acto religioso: se trata de un acto de arrepentimiento propio que tiene el propósito de evocar la misericordia celestial. Precisamente porque este acto es realizado de manera secreta, está claro que no se hace con fines exhibicionistas o en un contexto social-público. Se trata de un acto privado del rey, con un contenido de plegaria y súplica ante Dios.
Al ocultar el saco con las prendas habituales, el rey ciertamente tiene la intención de evitar la desmoralización entre sus soldados y en el seno de su pueblo. No obstante, después de notificarse del terrible episodio de la mujer y comprendió hasta qué punto se había deteriorado Shomrón, ya no se presta a los modales reales, y tiene una reacción espontánea que expone su saco ante el pueblo.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica Har Etzion.