Siete veces se inclinó Iaacov ante Esav. ¿Por qué justamente optó por ese número? Una revisión de fuentes antiguas muestra que se trata de una modalidad vigente en esa época como expresión de lealtad.
El acto de prosternarse en siete ocasiones aparece en otras fuentes. En este estudio intentaremos rastrear su simbolismo.
En las excavaciones realizadas en Egipto, en la capital del rey egipcio Akenatón quien reinó a mediados del siglo XIV AEC, fueron hallados 380 documentos en idioma acadio y en escritura cuneiforme, que incluyen diversas cartas que fueron enviadas al rey egipcio, la mayoría de ellas, por los gobernantes de Kenaan. Estas cartas son denominadas “Las cartas de El Amarna”, en nombre de la tribu beduina en cuyo territorio fueron halladas las mismas. El tradicional encabezamiento de estas cartas es: “A mi Señor, el Rey…así dijo…su súbdito, siete veces me arrodillo”. O: “A los pies de mi Señor el rey, me he arrodillado siete veces”.
Esta apertura da cuenta de que el acto de la prosternación siete veces expresaba la entrega de una persona inferior a alguien de mayor rango. Visto y considerando que los escribas de esas cartas no podían prosternarse ante el rey de Egipto, ellos expresaron su lealtad y entrega a través del lenguaje de las cartas. Pues entonces, en efecto se trata de la modalidad aceptada en la época de los patriarcas y en épocas posteriores para expresar lealtad. La descripción del encuentro de Iaacov y Esav relatado en nuestra sección es, tal vez, una de las evidencias de la credibilidad del libro Bereshit.
De hecho, también el estilo a través del cualIaacov se dirige a Esav (“Así habréis de decir a mi señor — a Esav. Así ha dicho tu servidorIaacov” –Capítulo 32, versículo 5) nos recuerda la apertura de las cartas de Al amarna, donde el rey de Egipto es calificado como “Mi Señor” mientras que el emisor se autodefine como “Su súbdito”. Un estilo similar se encuentra en las cartas de Mari, una importante ciudad monárquica del siglo XVII-XVIII AEC, próxima al río Éufrates al norte de Siria.: “A mi Señor habré de decir…así ha dicho su súbdito”. No obstante, a diferencia de las cartas de Al amarna en estas cartas no figura la expresión “Siete veces me he prosternado”. Al comienzo de la monarquía, se puede encontrar cierto indicio de cambio en los patrones de entrega, ya que entonces eran suficientes tres prosternaciones en lugar de siete: “Cuando el mozo se hubo ido, David surgió de su escondite, al sur, se postró sobre su faz a tierra y se prosternó tres veces“ (ShmuelAlef, capítulo 20, versículo 41)
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Parashat Drajim: Mabat arjeologui vegueografi beparshiot hashavua" ("Encrucijada: una mirada arqueológica y geográfica de las secciones semanales de la Torá") publicado por "Maguid", 2014