El relato de Ehud no describe un involucramiento divino concreto en la victoria, pero nos enseña que aún en el éxito de un plan hasta en sus más pequeños detalles se oculta la salvación de Dios.

El episodio de Ehud es muy excepcional en comparación con los otros relatos del libro Shoftim (Jueces): es el único relato en el que no es mencionado el involucramiento divino.

Sin embargo, el nombre de Dios es mencionado tres veces: una, en la presentación de Ehud como salvador enviado por Dios (no obstante, la expresión da testimonio de un involucramiento divino, pero no hay ningún elemento físico que manifieste su influencia); y dos veces en los conceptos de Ehud-al principio, cuando le dice a Eglón rey de Moav, que tiene un mensaje de Dios para él; y al final, al comunicarle al pueblo que Dios entregó a Moav en manos de Israel.

Pues entonces, ¿por qué las únicas menciones de Dios en el relato son esas, y no hay ninguna indicación clara alusiva a su involucramiento?

El episodio de Ehud viene a manifestar una idea diferente a la de otros relatos del libro Shoftim. Del relato se infiere una propuesta de que hay otra forma a través de la cual Dios realiza milagros y ayuda a sus fieles. Vemos un relato muy pormenorizado acerca de una iniciativa humana y un programa inteligente y peligroso. Como es destacado a partir de la multiplicidad de  detalles pequeños, si un elemento mínimo se complicaba, Ehud hubiera sido atrapado y era el final del episodio, y aún así, todo funcionó a la perfección.

A pesar de no registrarse un involucramiento milagroso concreto por parte de Dios, todos los pequeños detalles que funcionan a la perfección ocultan dentro de ellos el involucramiento divino.

El libro Shoftim decide detallar este relato en forma pormenorizada, y no menciona explícitamente el involucramiento de Dios, para enseñarnos un mensaje sobre su presencia oculta detrás de la casualidad y los pequeños detalles en nuestro mundo físico.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización Najat-jóvenes amantes del Tanaj, que representa una sede del estudio del Tanaj por jóvenes.