Rivká, en el momento en que ayudó a Iaacov a escapar de Esav, supuso que Esav olvidará lo que le hizo Iaacov y dejará de estar enojado, pero conforme a los conceptos de Amós, el Midrash aprende, que conservó ese enojo eternamente.
En la profecía alusiva a Edom en nuestro capítulo, se percibe que hay algo más que una profecía de los acontecimientos en la época de Amós: “Así dice el Señor: "Por tres crímenes de Edom, y por el cuarto, no apartaré el castigo de él: porque persiguió a espada a su hermano, y sofocó todo afecto fraternal, y en su ira destrozaba perpetuamente, y guardó para siempre su encono” (Versículo 11).
A la luz del versículo, el Midrash (Bereshit Rabá sección 67) plantea recuerdos del encuentro entre Iaacov y Esav (en referencia a Edom) en el libro Bereshit:
“Hasta que se aquiete el furor de tu hermano contra ti” (Bereshit, capítulo 27, versículo 45)
Su madre, en su condición de persona justa, dijo: “Hasta que se aquiete el furor de tu hermano contra ti”
Pero él no actuó de ese modo-“y en su ira destrozaba perpetuamente, y guardó para siempre su encono” (Amós, capítulo 1, versículo 11)
El Midrash cita las palabras de Rivká a Iaacov, antes de ayudarlo a huir a la casa de su hermano, como consecuencia del enojo de Esav: “Hasta que se aquiete el furor de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho, entonces mandaré y te traeré de allí” (Bereshit capítulo 27, capítulo 45), y las explica como un exceso de justicia y piedad de Rivká y una concepción errónea de Esav. Ella supuso que él olvidará y dejará de estar enojado, pero él conservó su enojo eternamente. El Midrash equipara y contrasta los conceptos de Rivká “Hasta que se aquiete el furor de tu hermano contra ti” con los de Amós “y guardó para siempre su encono”.
Al Midrash que equipara los versículos, agrega Reish Lakish:
“Rabí Shimón ben Lakish dijo: “su enojo y su ira no salieron de su boca”.
Reish Lakish reemplaza la nariz por la boca, y al igual que muchos Midrashim, contempla en Edom a los cristianos de alrededor, y por consiguiente, se refiere menos a los hechos y más a las palabras. Pero en amabas dimensiones, no se observa ninguna relajación.
Gentileza sitio 929