El relato de la salvación de Moshé nos recuerda mucho el episodio de la salvación de Ishmael después que su madre se extravió en el desierto. No obstante la comparación revela una diferencia: mientras que Hagar reaccionó con desesperación y no hizo nada para salvar a su hijo, la familia de Moshé actuó con bravura y sin pausa para mantenerlo con vida.
Hay muchas líneas similares entre el relato de la salvación de Moshé en nuestro capítulo, a raíz de los decretos de Paró,y la salvación de Ishmael frente al peligro de perecer sediento, relatado en la sección Vaierá (del libro Bereshit). En los dos casos hay un niño-joven en situación de peligro, cuando es arrojado entre los yuyos a la buena de Dios. En ambos relatos, el niño es acompañado por una mujer de su familia, que se ve obligada a alejarse de él y no tiene posibilidad de salvarlo. Aún así, en ambos casos el niño se salvó.
En el contexto de estas similitudes, se destacan las significativas diferencias entre ambos episodios. Hagar reacciona frente a la situación con total desesperación: arroja al niño a los yuyos, a distancia de un tiro de arco para no ver su muerte y estalla en llanto. A diferencia, la familia de Moshé, reacciona de una forma totalmente opuesta. Ya desde el inicio del relato sobresale el coraje de los miembros de la familia, quienes a pesar del trágico decreto de Paró consideran apropiado conformar una familia con hijos. Se niega a conciliar con el decreto, y envían a su hija para que se quede junto a Moshé que se encontraba en la cesta. A diferencia de Hagar, Miriam no arroja al niño sino que coloca la canasta en el río, y no es que se desentiende del niño, sino todo lo contrario-“ Y se apostó su hermana, a lo lejos, para saber qué le sería hecho, a él” (Versículo 4).
También en el episodio de Moshé se oye un sonido de llanto, no obstante se trata del llanto de Moshé, el pequeño bebé. Miriam y Iojeved, no estallan en un llanto desesperante, sino que están abocadas a la preparación de una estrategia para salvarle la vida a Moshé. Por ello, la salvación de los niños se da de manera diferente: la salvación de Ishmael proviene de un milagro sobrenatural mientras que Moshé fue salvado gracias al ingenio humano, sin una intervención Divina manifiesta.
Estas diferencias agudizan el mensaje de toda la historia. La Torá, no necesariamente describe las circunstancias del nacimiento de Moshé. A partir del relato se infiere que la personalidad de Moshé creció en el seno del hogar familiar, y su capacidad de liderar al pueblo en situaciones difíciles la mamó, a pesar de las dificultades, ya desde la etapa de su lactancia. Los familiares de Moshé mostraron coraje e ingenio en ese momento duro y trágico para el pueblo de Israel, y rehusaron doblegarse a la desesperación. Frente a la pálida imagen de Hagar, el hogar de Moshé se destaca como un hogar apto para la aparición del más grande de los líderes del pueblo de Israel.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Nekudat Ptijá" publicado por el Instituto "Tzomet"