Entre la redención del pueblo y la redención de la tierra

Entre la redención del pueblo y la redención de la tierra

¿Cuál redención es la principal - la redención del pueblo o la redención de la tierra? Existe una diferencia en el enfoque entre estas dos concepciones, y pueden también alimentar profundas disputas, políticas e ideológicas, sobre el orden de prioridades, la asignación de recursos, y la consideración valorativa de lo que acontece en la Tierra de Israel en las últimas generaciones.

El lenguaje de redención del capítulo 61 se refería principalmente al pueblo de Israel: los humildes, los quebrantados de corazón, los cautivos y los aprisionados (capítulo 61, versículo 1). Los que están en Tzión (versículo 3) se convertirán en “sacerdotes del Señor” (versículo 6), y su descendencia será conocida entre las naciones y sus vástagos entre los pueblos, porque “son la simiente que ha bendecido el Señor” (versículo 9).

No ocurre lo mismo con los lenguajes de redención del capítulo 62. Estos, casi no se refieren al pueblo, sino a Tzión y Ierushalaim. " A causa de Tzión no guardaré silencio, y a causa de Ierushalaim no descansaré" (versículo 1), "Y verán las naciones tu justicia... y serás llamada de un nombre nuevo" (versículo 2), " y serás una corona de hermosura en la mano del Señor (versículo 3), "Ya no serás llamada abandonada" (versículo 4), " y de la manera que el novio se regocija en la novia, así tu Dios se regocijará en ti". El pueblo aparece aquí solo en relación con la ciudad: " Porque como un mancebo se casa con una virgen, así tus hijos te poseerán a ti" – el pueblo que retorna a la tierra como un hombre que recuerda a la mujer abandonada. El papel del pueblo es proteger a Ierushalaim: " Sobre tus muros, oh Ierushalaim, he puesto centinelas, los cuales, todo el día y toda la noche, nunca reposarán. Los que recuerdan al Señor (Sus promesas), no tomen vosotros descanso" (versículo 6). Incluso la eliminación de las naciones y la entrega del grano y el mosto al pueblo de Israel no se consideran como una bendición para el pueblo de Israel sino como un beneficio para la tierra, Tzión y Ierushalaim, cuyo grano no será más comido por enemigos y su mosto no será más bebido por gente de tierra extraña (versículo 8).

Hasta el día de hoy, los dos lenguajes de redención se utilizan mezclados, uno junto al otro, y a veces también chocan entre sí. ¿Cuál redención es la principal? ¿La redención del pueblo o la redención de la tierra? Simplemente, hay una bendita combinación entre las dos, como en el himno del Estado, "El ojo mira hacia Tzión... para ser un pueblo libre en nuestra tierra, la tierra de Tzión y Ierushalaim". No obstante, en la práctica, existe una diferencia en el enfoque entre estas dos concepciones, y pueden también alimentar profundas disputas, políticas e ideológicas, sobre el orden de prioridades, la asignación de recursos, y la consideración valorativa de lo que acontece en la Tierra de Israel en las últimas generaciones.

La yuxtaposición de estas dos profecías de Yeshaiahu, la profecía del pueblo y la profecía de Tzión, obliga a reconocer que no hay aquí dos sistemas divididos y opuestos, sino dos puntos de vista que son en el sentido de "estos y aquellos son palabras del Dios viviente". De hecho, aprendimos de la voz celestial que salió en Yavne que incluso cuando estos y aquellos son conceptos del Dios viviente, la disputa entre la Escuela de Shamai y la Escuela de Hilel puede existir durante muchos años e incluir cientos de detalles de disputas en todos los ámbitos de la Torá. Pero el reconocimiento de que "estos y aquellos son palabras del Dios viviente" obliga a respetar a los que tienen la otra opinión y a tratarse con honor y paz unos a otros.

 

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