¿Cuál es el mensaje en el final del libro Kohelet? ¿Acaso el mismo coincide con la conclusión que se infiere de todo el libro?
El capítulo con el que culmina el libro Kohelet, describe el final absoluto de la vida-el envejecimiento y la muerte, y termina con la conclusión: “¡El epilogo! Todo se entiende: a Elohim has de temer y Sus preceptos has de cuidar, ya que esto es toda la persona” (Versículo 13) ¿Acaso esta conclusión es adecuada al mensaje general del libro?
A partir de una mirada global del libro se infiere que se divide en una serie de unidades, al final de las cuales, hay una conclusión similar. En cada segmento, hay un argumento según el cual, en el mundo no hay orden alguno ni sentido y por ende, sólo resta comer, beber y alegrarse de lo que hay. Así, por ejemplo: “Y encomié yo la alegría porque no hay mejor para el hombre -bajo el sol- que comer y beber y alegrarse” (Capítulo 8, versículo 15).
A lo largo de todo el libro, Kohelet repite que la muerte, a pesar de perderse todo lo que la persona acumuló en su vida, mientras la persona está con vida, debe alegrarse por la misma y por lo que posee. Con esta afirmación, Kohelet no se desentiende del resto de sus afirmaciones en el libro. Aún sostiene que la vida carece de sentido y todavía duele la muerte, pero precisamente a partir de su dolor, realiza un llamamiento a la persona a concentrarse en su presente y alegrarse por lo que tiene en este momento. Este llamamiento a concentrarse en el presente y alegrarse, siempre está acompañado de una referencia a Dios. Dios es la fuente de las cosas que alegran la vida-“que de mano de Elohim es” (Capítulo 2, versículo 24), y la alegría en la vida es la senda correcta para servir a Dios. Kohelet desea indicarnos que el nexo con Dios se pone de manifiesto en los pequeños y simples momentos de dicha que tenemos en la vida. A su parecer, las pequeñas cosas de la realidad: una comida sabrosa, prendas agradables, la familia-son concedidas por Dios, y la alegría por ellas son la expresión del encuentro entre el hombre y su Dios. Finalmente, queda claro que, en efecto, Kohelet cree en Dios, y educa a temerle, justamente, a la luz de la comprensión de la limitación de la persona-“a Elohim has de temer…ya que esto es toda la persona” (Versículo 13)
a Elohim has de temer
Resumido y editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído de una clase dictada en el Centro de Halajá y Enseñanza.