¿Qué tenía Jizkiahu en particular para que recibiera una respuesta profética directa a su plegaria?
Jizkiahu fue el más grande de los reyes, después de David-“En el Señor, Dios de Israel, confió... no hubo otro como él entre todos los reyes de Iehudá” (Melajim II, capítulo 18, versículo 5). Y he aquí, en nuestro capítulo le clamó al profeta: “porque los hijos han llegado al punto de nacer, mas no hay fuerzas para parir” (capítulo 37, versículo 3). Y como un rey creyente, suplicó en su plegaria: tal vez puedas rezar por nosotros “Quizá oirá el Señor, tu Dios” (capítulo 37, versículo 4). Yeshaiahu lo calmó pero Jizkiahu se dirigió a la Casa de Dios y elevó la gran plegaria (capítulo 37, versículos 15-20), y Dios envió a Yeshaiahu para dar una respuesta profética a la plegaria del rey. ¿Qué tenía Jizkiahu en particular?.
A diferencia (aparentemente) del texto en el libro Melajim, hay en los conceptos de los profetas, una dura crítica contra los pasos de Jizkiahu y contra la institución monárquica en su período.
Yeshaiahu (capítulo 22, versículos 9-11) se pronunció en contra del fortalecimiento de las murallas y la excavación del túnel (en vistas al sitio asirio) sin contemplar a Dios, y Jizkiahu respondió con una convocatoria y fortaleció la confianza en Dios (Divrei Haiamim II, Crónicas II, capítulo 32, versículos 6-8); Yeshaiahu (capítulo 22, versículos 15-25) también se manifestó en contra del príncipe destacado, el tesorero “Shevná, que preside la casa real”, y exigió sustituirlo. Jizkiahu designó en su lugar a Eliakim, el hijo de Jilkiahu (capítulo 36, versículos 3, 22; capítulo 37, versículo 2) como lo exigiera el profeta;
Yeshaiahu (capítulo 30, versículos 6-31) pronunció duras profecías en contra de la alianza de Jizkiahu con Egipto. La reacción de Jizkiahu, aparentemente, quedó expuesta en la plegaria que figura en nuestro capítulo (37); Yeshaiahu (capítulo 39, versículos 3-8) se presenta ante Jizkiahu con una enérgica protesta contra la recepción de los emisarios de Merodaj Baladan-Jizkiahu reaccionó aceptando el juicio y haciendo hincapié en lo bueno.
Mijá (capítulo 3, versículos 9-12) clamó en contra de los dirigentes de Ierushalaim y sus jueces, quienes aceptan el soborno y construyen la ciudad con sangre, y a diferencia de Yeshaiahu, incluso, le profetizó a Ierushalaim una destrucción total. Para sorpresa de todos los estudiosos de Tanaj, en la época de Irmiahu (capítulo 26, versículos 17-19), los Sabios dieron cuenta de que este clamor profético fue pronunciado en la época de Jizkiahu. Y he aquí que el rey reaccionó con temor reverencial a Dios y con plegaria, y Dios escuchó su plegaria; la grandeza de Jizkiahu se hallaba en su disposición a escuchar, corregir y rezar.
Cortesía sitio 929.