Este es el pueblo que formé para Mí, para que cuente mis alabanzas

Este es el pueblo que formé para Mí, para que cuente mis alabanzas

La eternidad del pueblo de Israel y su liderazgo en la historia - es la prueba que presenta el capítulo de la eternidad de Dios y su reinado sobre todo el universo.

En el capítulo 41, se describe la elección de Israel como el pueblo de Dios como parte de la creación del mundo, y así se expresa la diferencia meta-histórica entre Israel y las naciones. En el capítulo 43, el profeta Yeshaiahu continúa tratando la providencia particular sobre el pueblo de Israel: " Mas ahora, así dice el Señor qué te creó, oh Iaacov, y el que te formó, oh Israel: No temas; porque Yo te redimiré: te he llamado por tu nombre; tú eres Mío" (versículo 1). A partir de aquí, el capítulo continúa describiendo las formas de la providencia especial sobre el pueblo de Israel, y enfatiza la participación de la presencia divina en todos los procesos que atraviesa el pueblo de Israel, tanto en el exilio como en la redención: " Cuando pasares por las aguas, estaré Yo contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando anduvieres por en medio del fuego, tú no serás quemado, ni la llama arderá en ti, Porque yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, el Salvador tuyo... No temas, porque contigo estoy yo" (versículos 2-3).

En el clímax de este capítulo aparece un llamado apasionado, en el que Dios corona a Israel como testigos de su reinado sobre la creación: " Ustedes son Mis testigos, dice el Señor, y Mi Siervo, a quien he escogido, para que sepan y Me crean y entiendan que Yo soy solo. Antes de Mí no fue formado Dios (alguno), ni después de Mí habrá (otro). ¡Yo, Yo soy el Señor, y fuera de Mí no hay Salvador!" (versículos 10-11).

¿Cómo puede el pueblo de Israel dar testimonio de la existencia de Dios y su reinado? De este capítulo se infiere que la historia del pueblo de Israel es la prueba del reinado de Dios. Contra todas las leyes de la historia de las naciones, el pueblo de Israel logra sobrevivir y existir en el escenario mundial. Los imperios surgen y caen, y el pueblo de Israel sobrevive a través de exilios, fuego y agua, y en el momento de la redención - regresa a su tierra para proclamar el nombre de Dios: "diré al norte: "iba acá!" Y al sur: "¡No detengas! Trae a Mis hijos de lejos, y a Mis hijas desde los fines de la tierra," (versículo 6). Sin duda, esta asombrosa reunión de los exiliados no podría haber ocurrido sin la intervención de Dios: "Así dice el Señor, el que provee en el mar camino, y sendero en las poderosas aguas;... pues he aquí que voy a hacer una cosa nueva, ahora saldrá a la luz, ¿no la conocerán? Sí, voy a proveer en el desierto camino, y ríos en el yermo" (versículos 16-19). Como resultado de estos sorprendentes procesos, que se desvían del curso normal de la historia, las naciones del mundo se quedan asombradas y declaran que el Dios de Israel es el Rey: "¡Todas las naciones júntense a una, y reúnanse los pueblos! ¿Quién de ellos anunció esto (la redención de Israel), y nos hizo oír las cosas anteriores? Presenten sus testigos para que sean justificados, y para que escuchen (todos), y digan: "Es verdad" (versículo 9).

En resumen: La eternidad del pueblo de Israel y su liderazgo en la historia - es la prueba que presenta el capítulo de la eternidad de Dios y su reinado sobre todo el universo. "Este pueblo que formé para Mí, para que cuenten Mis alabanzas" (versículo 21). Este es el significado del pacto entre Dios y su pueblo y entre el pueblo de Israel y su Dios, y este es el papel del pueblo de Israel entre las naciones: "Ustedes pues, son mis testigos, dice el Señor, que yo soy Dios... Yo soy el Señor, vuestro Santo, Creador de Israel, vuestro Rey" (versículos12-15).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”

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