¿Cuál era la esperanza de Lemej al denominar a su hijo “Noaj”? ¿Acaso dicha esperanza se cumplió?
Grandes esperanzas fueron depositadas en Noaj desde el mismo momento de su nacimiento:
“Vivió Lémej ciento ochenta y dos años y engendró un hijo. Le puso el nombre de Noaj, diciendo: Este nos traerá consuelo de nuestro trabajo y del esfuerzo de nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor ha maldecido”. (28-29)
Según el pensamiento del padre, Noaj estaba destinado a curar (reparar) la maldición del primer hombre-“maldecida será la tierra por tu causa” (3,17)
¿Cómo supo Lemej que su hijo no era como todos los demás? Y si depositaron en Noaj la esperanza de “Este nos traerá consuelo” (29)- ¿acaso no hubiera sido apropiado llamarlo “Menajem” (el que consuela)?
Es posible, que el deseo manifiesto de Lemej de que su hijo consuele al mundo de la maldición de la tierra, haya sido una expresión de su temor oculto por haber visto la maldición del hombre.
Hasta los tiempos de Lemej, ningún hombre en el mundo había fallecido de muerte natural.(con excepción de Hevel que fue asesinado)
Desde el día en que nació Lemej y hasta que engendró a su primogénito Noaj-murieron nada menos que tres de sus antepasados:
Cuando Lemej tenía 56 años, falleció el primer hombre, Adam.
A sus 113 años su abuelo Hanoj fue convocado a la morada celestial
Y a la edad de 168 años falleció Shet, padre de la humanidad post-diluviana
Poco tiempo después de haber quedado huérfano Lemej tras la muerte de sus antepasados nació Noaj, y Lemej lo denominó así por su duelo, por su miedo a la muerte y a la maldición-“Este nos traerá consuelo” (28).O tal vez consideró Lemej que en la muerte de aquellos, y especialmente a partir de la muerte del primer hombre, el pecado del hombre fue expiado, y la maldición de su pecado fue dada por terminada. Y tal vez continuó creyendo que, justamente su hijo-la décima generación de todas las personas- expiaría el Pecado Original.
Sin embargo, si Lemej tenía la esperanza que cesará la maldición de la tierra en la época de Noaj, hete aquí que, en lugar de ello la tierra volvió al caos en el diluvio. Fue aniquilada toda creatura, el arado se hundió, el violón y el órgano cayeron a las profundidades y la cultura perversa y desarrollada cayó en el ocaso.
Pero después del diluvio, la primera estructura establecida en el nuevo mundo fue un altar. A raíz de ello, Dios define que nunca más habrá otro diluvio (8, 21). Y además, una promesa adicional: “No habré de maldecir más a la tierra por causa del hombre” (8,21).Es decir, fue anulada la maldición de “maldecida será la tierra por tu causa” (3,17). Nuevamente resurge la bendición de Lemej “Este nos traerá consuelo de nuestro trabajo y del esfuerzo de nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor ha maldecido” (29).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"
El Rab Yaakov Medan nació en 1950 y dirige la Yeshiva “Har Etzion”. Es uno de los notorios profesores de Tanaj, Talmud y Pensamiento Judío en el Estado de Israel.