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¿Por qué se dijo a las tribus de Reubén y Gad que fueran al frente del resto del pueblo judío en la batalla? (v. 18)
RASHI: Ellos irían al frente del pueblo judío a la guerra porque eran vigorosos, y los enemigos caerían ante ellos, como dice el versículo: “Arrancará un brazo [de su enemigo con un solo golpe, junto] con la cabeza” (Devarím 33:20).
GUR ARIÉ: A Rashi le inquietaba la siguiente pregunta: ¿Por qué se requeriría a las tribus de Reubén y Gad liderar la batalla? Es comprensible que se les requiriera unirse a la batalla y no dejar luchar al resto del pueblo judío mientras ellos se relajan en su recién adquirida tierra de herencia. Pero, ¿por qué se les requirió ir primeros y ponerse en peligro más que los otros? Rashi responde esta pregunta explicando que las tribus de Reubén y Gad fueron primeras “porque eran vigorosos”.
Torat Menajem
EL LIDERAZGO MILITAR DE REUBÉN Y GAD (V. 18)
Incluso después de la explicación de Gur Arié, el comentario de Rashi
sobre el versículo 18 nos presenta las siguientes inquietudes:
a) Comúnmente es aceptado que Iehudá (y no Reubén o Gad) es la
más fuerte de las tribus. En Parshat Vaiejí, Iehudá es descripto como un
“león”, el más fuerte de los animales, y Iaacov prometió a Iehudá que “Tu
mano estará sobre el cuello de tus enemigos” (Bereshit 49:8).
¿Cómo puede entonces escribir Rashi aquí que se requirió a las tribus
de Reubén y Gad que lideraran la batalla “porque eran vigorosos”, y no
a la de Iehudá?
b) En Parshat Matot (Bamidbar 32:17), Rashi escribe que a las tribus de
Reubén y Gad se les ordenó “estar a la cabeza de los ejércitos invasores”,
lo que sugiere que ellos se unirían a los demás ejércitos de las tribus a la
cabeza. Sin embargo, Rashi escribe aquí que ellos debían “ir al frente del
pueblo judío a la guerra”, lo que indica que todos los ejércitos de Reubén
y Gar debían ir primero, seguidos por los ejércitos de las demás tribus.
¿Qué provocó este cambio de planes?
LA EXPLICACIÓN
a) Para explicar el versículo “Tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos”
(Bereshit 49:8), Rashi cita el versículo paralelo: “Y de mis enemigos,
Tú me has entregado la parte de atrás de sus cuellos” (II Samuel 22:41). Esto
significa que el enemigo “huirá, de modo que yo veré la parte de atrás de
sus cuellos” (Metzudat David ibíd.). En otras palabras, el poder singular de la
tribu de Iehudá es que hace huir al enemigo.
Sin embargo, la conquista de la Tierra de Israel era una guerra obligatoria
en la que al pueblo judío se le ordenó “No dejarás que alma alguna
viva” (Devarím 20:16, un versículo que el lector ya conoce del comentario de Rashi
sobre Vaikrá 25:44). Entonces está claro que en este caso, cuando el pueblo
judío debía eliminar al enemigo, la habilidad de hacer que el enemigo
huya no era lo ideal. Por eso Rashi escribe que las tribus de Reubén y
Gad fueron escogidas porque ‘los enemigos caían ante ellos, como dice
el versículo: ‘Arrancará un brazo [de su enemigo en un solo golpe, junto]
con la cabeza’”, es decir, eran efectivos para aniquilar al enemigo.
b) Si Moshé hubiese liderado al pueblo judío a la Tierra de Israel, podemos
suponer que habría disfrutado de una victoria totalmente milagrosa,
igual que todas las demás guerras que libró, ganadas milagrosamente. Por
eso, el hecho de que no tuviera el mérito de ingresar al país con el pueblo
judío, y que en cambio lo liderara Iehoshúa, dio lugar a la necesidad de
conquistar el país siguiendo un curso natural.
Cuando Moshé dio su orden a las tribus de Reubén y Gad en Parshat
Matot, todavía confiaba en que sus rezos de poder ingresar al país finalmente
serían aceptados por Dios (véase Rashi sobre Bamidbar 27:12) y que
lideraría al pueblo judío a una victoria milagrosa. Por eso ordenó a las
tribus de Reubén y Gad solamente “estar a la cabeza de los ejércitos
invasores”. La presencia de estos era fundamentalmente simbólica, pues
su vigor para luchar una guerra dentro del orden natural no sería necesario
bajo el liderazgo milagroso de Moshé.
Sin embargo, cuando Moshé habla aquí, en nuestra Parshá, ya se le
había dicho que sus rezos para entrar al país no habían sido aceptados
(como Moshé relata más adelante, 3:26), por lo que era consciente de que la
conquista tendría lugar dentro del orden natural. Por lo tanto, ordenó a
las tribus de Reubén y Gad “ir al frente de sus hermanos”, es decir, a la
cabeza de todo el pueblo judío, para aprovechar su efectividad al
máximo.
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 9, pág. 1 y ss.)