Hasta que estén dadas las condiciones para el estallido

Hasta que estén dadas las condiciones para el estallido

No se trata de la rebelión de Abshalom o la rebelión de Sheva, es la inminente división entre las tribus de Israel y Iehudá, y que está al borde del estallido.

La división anterior (Shoftim, capítulo 1, versículo 3) estalló a raíz de una ofensa profunda-“Nosotros tenemos diez partes en el rey, y por eso también tenemos más derecho (lo apoyamos más) que vosotros sobre David”, dijeron los “referentes de Israel” a los” hombres de Iehudá” (capítulo 19, versículo 44). La construcción de Ierushalaim por David tiene precisamente el propósito de unir a las diez tribus con Iehudá (y Shimón), y las tribus de Israel del norte, admiraban por ello a David-la Ierushalaiam de David era considerada la ciudad de todos.
Resulta que la rebelión de Abshalom fue respaldada principalmente por los hombres de Iehudá (“porque el rey es pariente cercano nuestro”; capítulo 19, versículo 43), que percibieron un daño “tribal” por la forma de conducirse de David, y no es meramente casual que Abshalom eligió coronarse a sí mismo en Hebrón (capítulo 15, versículo 10)

Sheba hijo de Bijri, realmente no tenía apoyo alguno, y se escondió y fue eliminado en Abel Beit Maaja, que se convirtió en una ciudad israelita (capítulo 20, versículo 19). La gente de la ciudad, ni siquiera sabía por qué estaban sitiados, hasta que “una mujer sabia” (la que sabe hablar con parábolas de sabiduría; capítulo 20, versículos 16-19), reveló la fuente del mal, y salvó a la ciudad de Abel. Lo que quedó de Sheba hijo de Bijri es una “voz celestial”, como lo mencionara Rav Iehuda en nombre de Rav (Shabat 56b)-“y éste tocó el Shofar y dijo: No tenemos parte en David, ni tenemos heredad en el hijo de Ishai; ¡Israel, cada uno a sus tiendas!” (Capítulo 20, versículo 1). Esta frase figura solo dos veces en el Tanaj, y la segunda aparecerá en la división del reino entre Rejavam y Yarovam-“ ¡Ninguna parte tenemos nosotros en David y ninguna herencia tenemos en el hijo de Ishay! ¡A tus tiendas, oh Israel!...” (Melajim I, capítulo 12, versículo 16)

El más grande de los Amoraim, los estudiosos y eruditos del Talmud en Bavel, leyó detenidamente el Tanaj y del sonido del Shofar de Sheba hijo de Bijri, escuchó esa voz celestial, que resonará nuevamente cuando “estén dadas las condiciones” para la división del reino en una grave crisis, y no a partir de la sensación de la ofensa por parte de “un hombre malvado” (capítulo 20, versículo 1). La causa moral fue hallada por Rav en el juicio de David referido al “campo” de la casa de Shaúl, en una división injusta.
Gentileza sitio 929

 

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