Nuestro capítulo hace referencia a un censo militar. En la previa del ingreso a la tierra se debe preparar al ejército para el combate y no apoyarse únicamente en la promesa de Dios de que venceremos. La realidad no está construida sobre milagros. En el censo programado que figura en nuestro capítulo fue censado “todo apto para el ejército en Israel” (Versículo 3). El hecho de que la edad mínima para participar del censo es veinte, de que no se refiere a mujeres, de que refiere a los aptos para el ejército, nos indica cuál es el propósito del censo-es un censo militar llevado a cabo tras concluir la construcción del Mishkán (Tabernáculo).
¿Y por qué se realiza un censo militar en este momento? El pueblo de Israel comienza a prepararse para su ingreso a la tierra de Israel. El inicio de la travesía está programado para el veinte de Iyar y entonces-en aproximadamente un mes ellos estarán a las puertas de la tierra de Israel. El ingreso a la tierra de Israel no será simple-requerirá de un enfrentamiento militar, y a pesar de que el Soberano del Mundo enviará al tábano, el mismo no liberará a Israel de plasmar su victoria con la fuerza militar. Por consiguiente, se requiere constituir un ejército, y eso es lo que acontece en el pueblo de Israel en el comienzo del libro.
Hasta aquí se trata de tribus de ciudadanos que escapan de sus tareas, y son conducidos hacia la aceptación del yugo del reinado de Dios. De aquí en adelante damos un paso más en nuestra transformación como pueblo-organizamos las fuerzas, dividimos los campamentos, establecemos banderas, ordenamos las tribus alrededor del Mishkán, fijamos un orden para el traslado-todos ellos son signos destacados del campamento militar, que confirman claramente el comentario del Rambán en relación al propósito del censo.
El Rambán no se conforma únicamente con una observación concerniente al objetivo del censo, sino que establece un principio general de la Torá: “la Torá, en todas sus modalidades no se basará en el milagro”. Esta es una parte del comentario del Rambán que figura varias veces en la Torá. La modalidad de la Torá es la de actuar en el marco de las leyes de la naturaleza, y no confiarse en los milagros. Por ello la Torá ordena la constitución de un ejército y no basarse en la expectativa de la victoria celestial sin esfuerzo alguno de nuestra parte, la Torá ordena el envío de espías y no tiene la expectativa de que el tábano nos transporte en sus alas y nos permita la conquista de la tierra. Este es el camino de la Torá, ella no niega la realidad, sino que actúa en ella y acorde a su modalidad, y por medio de ello lleva al pueblo de Israel a su destino.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio de la Academia Rabínica "Orot Shaul".