Justos sin ética

Justos sin ética

En su profecía alusiva a “los que decretan leyes inicuas”, Yeshaiahu nos revela, que, a pesar de las enmiendas religiosas registradas en el período de Jizkiahu, el pueblo, aún no había mejorado su conducta desde el aspecto moral y social. Por consiguiente, el pueblo no tenía méritos para ser salvado por Dios.

En el capítulo 18 de Melajim II, se describe que Jizkiahu hizo lo correcto a los ojos de Dios. La idolatría fue eliminada, la serpiente de cobre fue destruida, incluso las “Bamot”, los sitios altos fueron eliminados, algo que no ocurrió ni siquiera en la época de otros reyes, sobre los cuales se indica que hicieron lo correcto a los ojos de Dios. A pesar de que parezca que en este período el pueblo tenía muchos méritos, en un capítulo posterior se describe que la razón por la cual Ashur (Asiria) no logró conquistar Ierushalaim, no fue por la justicia piadosa de la gente del reino de Iehudá, sino porque Dios no quería que su nombre fuera profanado, y debido a la condición de justo piadoso de David (“Porque Yo ampararé esta ciudad para salvarla, por Mi propia causa, y por amor de David, Mi siervo”-Melajim II, capítulo 19, versículo 34). ¿Por qué debe apoyarse en el mérito de David para salvar a la ciudad? Si todo el pueblo sirve a Dios, ¿por qué su mérito no será suficiente para que sean salvados por Dios?

Esta contradicción puede ser resuelta con la ayuda de nuestro capítulo. Yeshaiahu se dirige con el llamamiento “Ay” a “los que decretan leyes inicuas, y de los escribas que ponen por escrito las prescripciones de injusticia; a fin de privar el juicio a los desvalidos, y de arrebatar a los pobres de Mi pueblo el derecho” (versículos 1-2). Según los comentaristas, se trata de escribas y jueces que escribieron condenas falsas, a fin de beneficiarse a expensas de los desvalidos de la sociedad-los huérfanos y las viudas.

De hecho, se puede decir, que a pesar de la buena situación espiritual del pueblo, su actitud hacia la justicia y las cuestiones entre el hombre y su prójimo, aún era bastante mala. Las personas eran justas y servidoras de Dios, pero a pesar de todo ello, aún no habían mejorado su comportamiento en el aspecto moral y social. Este es un mensaje que se repite recurrentemente en el libro Yeshaiahu, y puede decirse que debido a ello, los últimos reyes justos de Iehudá, tuvieron dificultades para salvar al pueblo por méritos propios.

Los referentes que escriben en esta sección son integrantes de la organización NAJAT-jóvenes amantes del Tanaj, un Centro de Estudios de Tanaj para la juventud.

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