¿Por qué Dios se dirige a Abraham después de la guerra contra los cuatro reyes y le dice que no tema? Aparentemente, la respuesta a este interrogante contiene un mensaje que es adecuado también para nuestra generación en lo concerniente a la ética de guerra adecuada.
El relato inmediatamente posterior al relato de la victoria de Abraham en la guerra contra los cuatro reyes comienza así: “Después de estos eventos, fue la palabra del Señor a Abram — en visión — diciendo: No temas Abram, yo soy escudo para ti, tu recompensa será muy grande” (capítulo 15, versículo 1).
De una manera sencilla parece que si el mismísimo Dios tranquiliza a alguien para que no tema- por lo cual podría considerarse que dicha persona tiene una buena causa para temer. A pesar de esta simple hipótesis, no está totalmente claro, a partir del texto, qué es lo que precisamente provoca el miedo de Abraham. Jaza”l (Nuestros Sabios de Bendita Memoria), en los Midrashim intentan completarnos el cuadro y responder a dicha pregunta:
Rabí Leví, que es traído en Bereshit Rabá, sostiene que el factor del temor de Abraham es la guerra contra los cuatro reyes, que fue relatada anteriormente. Aparentemente, podríamos pensar que debe haber una respuesta de Dios. Abraham tiene miedo de sus pecados-la muerte de inocentes en la guerra, según su concepción simple y unívoca- incluso cuando Abraham haya matado a alguien, fue sin intención y él no tiene culpa alguna por ello. La guerra en esencia estaba justificada y era correcta e incluso si en el marco de la misma fueron abatidas personas por error, no debe tener Abraham cargo de conciencia por ello. Sin embargo, el Midrash que indica que Dios le responde a Abraham y le dice que no había gente justa entre los caídos. Se entiende, a partir del Midrash, que si hubiera habido personas como esas, pues hubiera surgido un inconveniente moral en la acción de Abraham y era una base concreta para los miedos de Abraham.
Lamentablemente, también nosotros nos encontramos en una situación muy similar a la de Abraham entonces, nos encontramos en el marco de una contienda constante con nuestros vecinos. A veces, suele parecer que en el transcurso de dicho enfrentamiento nos olvidamos de lo que simboliza el mensaje de Abraham.
De vez en cuando, escuchamos acerca de errores cometidos por las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) en tiempos de guerra contra los terroristas. No se debe acusar a los soldados, Dios libre y guarde, por el servicio sagrado que ellos realizan en el terreno, sin embargo debemos preguntarnos si es que dedicamos el pensamiento suficiente al hecho de que tal vez abatimos a algunos justos e inocentes, o que tal vez estamos plenamente convencidos y seguros de que todos los caídos eran efectivamente “espinas”.
Nadie pone en tela de juicio que nuestra lucha es justa y que se debe combatir al terrorismo con toda la fuerza, y rechazamos de plano la postura de las potencias extranjeras que intentan presentarnos como conquistadores e inmorales. Estamos persuadidos de la ética de la guerra que desarrollamos, sin embargo, junto a ello debemos continuar en la misma senda, en el camino señalado por Abraham Avinu, nuestro patriarca-ser sensibles a la ética y la justicia también en el fragor de la guerra y del enfrentamiento justo.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"