La autorización de Dariavesh (Darío)

La autorización de Dariavesh (Darío)

La autorización de Dariavesh (Darío), no es solamente la renovación del permiso de Koresh (Ciro), sino mucho más que eso-le concede la independencia política al Estado de Iehudá, y amplias facultades a los Cohanim, los Sacerdotes.

En el segundo año de Dariavesh, diecinueve años después de la autorización de Koresh, se registra un punto de inflexión en la tarea del Templo. El impulso para ello se da principalmente a partir de los profetas Jagai y Zejariá (Ezrá capítulo 5, versículos1-2; Jagai capítulo 10), y también a partir de los líderes de los retornantes, Zerubabel de  la Casa de David y Yehoshua, el Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote, colaboraron en la tarea, y por cierto, también fue un factor de ayuda, el movimiento de inmigrantes que se incrementó en los tiempos de los disturbios y las rebeliones en Bavel y sus alrededores.

Los enemigos de Iehudá renovaron sus esfuerzos a fin de frenar la construcción, y para ello movilizaron a Tatnai, el sátrapa, (el gobernador nombrado por el rey) de los sitios del otro lado del río, para que llegue a Ierushalaim a fin de esclarecer el asunto en el lugar (Ezrá, capítulo 5, versículos 1-5).

Tatnai investigó y escucho los argumentos de los ancianos de Iehudá que ellos están construyendo en base a la autorización, pero dicho permiso no estaba en su poder; la  única evidencia era, aparentemente, los elementos del Gran Templo que fueron restituidos por orden de Koresh. El gobernador Tatnai no interrumpió el trabajo, sino que se dirigió a la oficina pública para verificar la certeza de los argumentos. En respuesta a su pedido, el permiso de Dariavesh fue recibido en formato de carta, escrito en arameo, el idioma  oficial (Ezrá, capítulo 6).

Su primera parte contiene una copia de las palabras de Koresh en relación al Beit Hamikdash, la segunda parte es un anexo de Dariavesh.

Dariavesh amplió el alcance del permiso de Koresh, una ampliación que tiene también una  innovación para su momento y para la posteridad. Por ende, este documento representa una fase adicional en el desarrollo del Estado de Iehudá, no sólo como una división religiosa, sino también como unidad política

El hecho de la instrucción de que la tarea de la casa de Dios es una cuestión exclusiva de los líderes judíos, liberó a la congregación del vínculo con los gobiernos y de solicitar el acuerdo de ellos, para todo aquello que se podía incluir en este plan, por ejemplo, la construcción del muro del Monte del Templo, y tal vez también parte de la muralla de la ciudad aledaña al Beit Hamikdash. El hecho de reconocer a los ancianos del pueblo como la autoridad para asuntos internos-es un paso importante hacia la ampliación de la autonomía del nuevo asentamiento.

Más destacada era la concesión del permiso a los Cohanim, es decir: al Cohen Gadol y a sus amigos, en lo concerniente al presupuesto del Gran Templo. A través de ello se creó una célula que absorbió recursos económicos abundantes, y gracias a ello se convirtió en influyente en el entorno careciente de recursos, y de todos modos, no estaba lejos el día en el cual el Cohen Gadol concentre el poder y la autoridad del gobierno. Las consecuencias no tardaron en llegar; mientras el Sacerdocio se fortaleció y amplio sus facultades, la Casa de David fue arrinconada, para desilusión de los que tenían la expectativa de su resurgimiento. Ecos de este desarrollo escuchamos en la profecía de Zejariá sobre Yehoshua, el Sumo Sacerdote: “he aquí que ‎Yo voy a traer a Mi siervo, el ‎retoño” (Zejariá, capítulo 3, versículo 8); “Estos son ‎los dos ungidos que están de ‎pie delante del Señor de toda ‎la tierra” (Zejariá, capítulo 4, versículo 14); “y habrá ‎consejo de paz entre ellos dos” (Zejariá, capítulo 6, versículo 13). El profeta conoce el destino de las dos fuerzas, la Casa de David y la Casa de Aharón, y espera que sea priorizada la Casa de David. Es decir, que se avizora un peligro para la paz entre estas dos casas, debido a la competencia por el poder y por el mandato concedido a los Cohanim en nombre del rey Dariavesh.

Extraído del Tanaj con el comentario Daat Mikrá, ediciones Mosad HaRav Kuk Ierushalaim, Introducción al libro Ezrá y Nejemiá

Editado por el equipo del Tanaj.

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