El período de vida de Shimshón se divide en dos: en un principio él actuó en beneficio del pueblo, no obstante al final, en nuestro capítulo, él actuó en pos de sus deseos.
El episodio de Shimshón se divide en tres partes: su consagración (Capítulo 13), su salvación (Capítulos 14-15) y su caída (Versículo 16). El primer ciclo de vida de Shimshón culmina con la frase permanente que sintetiza el episodio del juez “Y juzgó a Israel en los días de los Pelishtím, veinte años” (Capítulo 15, versículo 20). Pero a pesar de ello el relato de Shimshón se extiende en nuestro capítulo y finaliza con el mismo cierre “Y él juzgó a Israel veinte años” (Capítulo 16, versículo 31). Este cierre distingue entre los ciclos desde el aspecto exterior y también señala una diferencia de contenidos entre los dos segmentos. Así lo determina Rabi (Tratado de Sotá 9): “Rabi dice: primero hicieron el mal en Gaza y luego se vio afectado en Gaza, como está citado: “Y fue Shimshón a Gaza, y vio allí una ramera, y se allegó a ella” (Capítulo 16, versículo 1), por consiguiente se vio afectado en Gaza, como está citado “y le llevaron a Gaza” (Capítulo 16, versículo 21).
No es el mismo Shimshón. En la primera unidad sus actos son extraños y raros, pero él trata de combinarlos en el orden habitual y darles un carácter decente. Shimshón tomó por esposa a la mujer de Timná tras un conocimiento ordenado en presencia de sus padres. En sus movimientos hay también lógica y planificación “porque él buscaba una ocasión contra los Pelishtim” (Capítulo 14, versículo 4). En el segundo segmento Shimshón dejó de buscar un contacto duradero con las hijas de los pelishtim y aún así, siguió aferrado a ellas y a cometer malas acciones con ellas, y por consiguiente cayó.
El carácter de las relaciones con las mujeres cambia. El vínculo con la mujer de Timná era personal, pero sirvió a los actos de Shimshón. Su matrimonio fracasó debido al contexto de tensión nacional entre Israel y los pelishtim. En el segundo segmento, los lazos de Shimshón con mujeres filisteas no tienen sentido nacional, son personales, no están al servicio de un objetivo sino que son solamente una manifestación de su deseo y de su amor.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, del libro “Oz Vaanavá-Iyunim beYehoshua veShoftim”, publicado por Midreshet Hagolán