La corrupción es como la idolatría

La corrupción es como la idolatría

Ignorar los valores sociales se asemeja a la adoración de otro dios-un dios desconectado y egoísta, que hace  hincapié en su servicio de ofrendas pero no en el bienestar de su gente.

Amós comienza sus palabras realizando un llamamiento a “las vacas del Bashán” (versículo 1)-los acaudalados de Shomrón que viven en sus viviendas de marfil y disfrutan de los placeres a cuenta del pueblo-“las que oprimen a los desvalidos, las que quebrantan a  los necesitados” (versículo 1).

Y por este acto reciben un castigo especial-la falta de lluvias de un modo puntual, como está escrito: “a una porción del campo se le dio lluvia, y la porción en que no llovió, se secó” (Versículo 7).

El castigo puede ser contemplado como medida por medida: debido a que provocaron que los pobres se empobrecieran más aún, del mismo modo, Dios no le dará lluvia sobre su producción tres meses antes de la cosecha, que es el periodo crítico para la producción, y ellos mismos se empobrecerán.

Se pude proponer otro aspecto en alusión al castigo: la sequía es un castigo que, por lo general, llega como consecuencia de la idolatría: “y se desviarán y adorarán dioses extraños…y no habrá lluvia” (Devarim, capítulo 11, 16-17), así figura en el libro Devarim y en otras profecías. La imposición de un castigo similar en la profecía que estamos abordando, da cuenta del nexo entre los preceptos del hombre hacia Dios con los preceptos hacia su prójimo. El castigo similar, nos indica acerca de la severidad de esos preceptos que a veces tienden a despreciarse en relación al servicio a Dios. Ignorar los valores sociales dictados por Dios, se asemeja a la adoración de otro dios-un dios desconectado y egoísta, que hace  hincapié en su servicio de ofrendas pero no en el bienestar de su gente. Si esta es la imagen de Dios a vuestros ojos-pues vuestro castigo será como el de los idólatras.

Por cierto, también se puede comparar con la profecía de nuestro capítulo sobre las vacas de Bashán y su castigo a la profecía  del inicio del libro de Yeshaiahu- “¿De qué Me sirve la multitud de vuestros sacrificios?", dice el Señor” (Yeshaiahu capítulo 1, versículo 11)-y otras muchas profecías adicionales  que dejan en claro que, en contraste con otros dioses, cuyo servicio se focaliza en el intento de respetar y consentirlos sin exigencia moral alguna, la principal y primera demanda que exige Dios es en el sentido social, y sólo como anexo agrega el servicio de los sacrificios. Por consiguiente, en el momento en que se comete una injusticia con el huérfano, con la viuda y con el extranjero, ¿de qué valen todas las plegarias y los sacrificios que se elevan a Dios?

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización “NAJAT”, jóvenes amantes del Tanaj, que representa el Centro Juvenil de Estudios de Tanaj.

 

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