La divergencia entre David y Shlomó

La divergencia entre David y Shlomó

Shlomó tenía muchos caballos y carruajes, mientras que David hería las pezuñas de los caballos y quemaba los carros de guerra. ¿Cuál es la concepción  detrás de las acciones de cada uno? ¿Y qué es considerado un esfuerzo militar adecuado?

Shlomó, el hombre de la paz, acumulaba caballos y carruajes, en un contraste completo con su padre David que los hería en sus pezuñas. La orden de causarle daño a los caballos, la encontramos únicamente en la guerra de Yehoshua, que fue particular en su primacía (Yehoshua, capítulo 11, versículos 6-8), y David, que completó el acto de conquista, siguió los pasos de Yehoshua, por propia iniciativa.

Shlomó transgredió lo señalado en la Torá “Sólo no habrá de incrementar para él caballos” (Devarim, capítulo 17, versículo 16). Este versículo es interpretado en dos direcciones: según algunas opiniones, la prohibición consiste en incrementar caballos por honor y por gloria, a fin de que el rey no llegue a un estado de orgullo y soberbia. Pero de acuerdo a algunas de las posturas, está prohibido tener muchos caballos incluso por razones de seguridad, debido a que la adquisición de los caballos es una falla en la fe y la confianza del rey en Dios. 

Aparentemente, hay aquí una divergencia conceptual básica y profunda en relación a la definición del precepto de la seguridad: ¿Acaso en la guerra de Israel no se debe confiar en el milagro y hay que preparar muy bien todos los elementos de defensa, o será que la guerra de Israel se lleva a cabo de otra manera, de un modo milagroso? Esta discusión es aparentemente la polémica entre David y Shlomó. David hería las pezuñas de los caballos y quemaba los carruajes, mientras que Shlomó construyó cuarenta mil establos para caballos. David se entregó totalmente a Dios, sin tener en consideración el poder material, libró con mucha capacidad las guerras de Dios con fe completa. Mientras que por su parte, Shlomó no corrió riesgos por un estado piadoso irresponsable, y él, el hombre de la paz, se preparó para la guerra y preparó adecuadamente los elementos y el equipamiento necesarios.

Pero resulta que la polémica no está tan polarizada. Por cierto que conforme a la ley, Shlomó estaba en lo cierto, pero a pesar de ello, su licencia rotunda y su accionar exagerado, terminaron jugándole en contra. Mientras que David  era un hombre excesivamente piadoso, pero ésta se dio por la dimensión del desafío y la hora. Su guerra era una guerra mesiánica y por consiguiente la desarrolló a partir del apego, a la luz del período de Yehoshua.

Todos coinciden en que se necesitan caballos y otros recursos militares reales. Pero no se puede incrementar los carros, ni se debe crear adicción a la fuerza y la sensación de seguridad cuantitativa. No obstante, no hay manera de no equiparse o prepararse para la guerra, pero se debe ser cuidadoso y conocer sus límites, ya que conlleva un enorme peligro.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Mikdash Melej-Iyunim beSefer Melajim”, de ediciones Midreshet HaGolán.

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