En el transcurso del libro, el profeta relata cómo son eliminados en la guerra Shaúl y sus hijos, Abner e Ish Boshet son asesinados y Mefiboshet se convierten cojo. ¿Acaso se trata de una mera sucesión de hechos o tal vez hay aquí un movimiento Divino relacionado con el reino de David?
El libro Shmuel II comienza con la descripción de los acontecimientos acaecidos tras la guerra en el Guilboa, en la que Shaúl y Yehonatán, y también los otros hijos de Shaúl, encontraron su muerte. Después de ello, se describe la coronación de Abner a Ish Boshet, hijo de Shaúl, hasta que finalmente Abner, jefe del ejército de Shaúl fue asesinado por Yoav e Ish Boshet fue asesinado por los hijos de Rimón el Beerotí, de los hijos de Biniamín.
El común denominador de todos los episodios es que hay hombres que se presentan ante David, para, aparentemente darle una buena noticia, de que sus enemigos murieron y que finalmente, él podrá reinar tranquilamente. En cada una de estas ocasiones, David se lamenta profundamente y en algunos de los casos, incluso mata al mensajero a partir del fundamento que atentó contra el ungido de Dios y que se rebeló contra Dios.
Más aún, David incluso intenta todo el tiempo unirse a la familia de Shaúl y establecer un reino compartido. Vuelve a solicitar a su ex esposa Mijal, la hija de Shaúl. Incluso estuvo de acuerdo en que Abner, el jefe del ejército de Shaúl sea el jefe de su ejército antes de ser asesinado por Yoav.
No obstante, parecía que Dios pensaba consolidar el reino de David, de otra manera. Toda la familia de Shaúl y su descendencia mueren, incluido Yehonatán, quien, aparentemente era un justo y apoyaba a David. Dios solicita la constitución del reino de David en Hebrón, como desconectado del reino de Shaúl que comenzó en el Guilgal. El movimiento Divino de Dios es el de poner las cosas en marcha de un modo que realmente la descendencia de Shaúl sea borrada, pero sin que el pueblo le guarde rencor a David, por actuar contra algunos miembros del pueblo de Israel.
En cierto modo, puede también decirse que esta es la cristalización de la plegaria de David que sea la mano de Dios la que castigue a Shaúl y a su descendencia y no la del mismo David (Shmuel I, capítulo 24, versículo 26)