¿Cómo lidiamos con los reclamos y las quejas? El encendido de la llama interior de cada uno de nosotros, de modo que “surja de ella”, representa una solución para ello. Cuanto más intenso sea nuestro interior, la queja no habrá de aflorar.
La sección de Behaalotejá, en la continuidad, nos ubica frente al pecado de los quejosos (Capítulo 11). La expresión “como quejosos” (Capítulo 11, versículo 1)-alude aparentemente a una queja suave, no a una queja real. La expresión “a los oídos del Señor” (Capítulo 11, versículo 1)-tampoco es clara. Se puede suponer que sólo Dios lo interpretó como una queja, mientras que otros vieron precisamente un pueblo entregado a su Dios. Resulta que Dios contempló el comportamiento del pueblo de Israel mucho más allá de lo que un hombre común puede ver. De hecho, el Soberano del Mundo trata de enseñarnos que aquel que aguarda hasta que la queja sea manifestada en forma explícita, puede llegar a perder el tren, y a lo grande. La educación debe comenzar mucho antes.
Pues entonces, ¡cómo lidiar con las quejas?
Parece que la vía central figura en nuestro capítulo en el precepto dado a Aharón, de encender la Menorá (Candelabro). Sobre el versículo “Hizo así Aharón: hacia el frente del candelabro encendió sus lámparas, como había prescripto El Señor a Moshé (Capítulo 8, versículo 2), escribe Rashi en su comentario, que Aharón fue ordenado a encender la Menorá de un modo en el cual: “la llama se eleve por sí misma”. Se deben encender las lámparas hasta que ellas ardan-de manera correcta. Hay aquí un gran desafío educativo: debemos crear en nuestro interior y en nuestros niños un encendido interior, por un lado controlado, pero también autónomo, en el sentido “de que la llama se eleve por sí misma”.
Los reclamos y las quejas son lo opuesto totalmente al encendido interior. Los reclamos son consecuencia de un vacío interior que no tiene raíces.
En la nación y en la familia, en general y en particular, encontramos numerosas quejas. Dichas quejas comprometen a líderes, educadores y padres a una profunda atención interior. Algunas soluciones puntuales (como el suministro de carne a los que deseaban carne) no afrontan la cuestión esencial y la difícil situación básica. Estas cuestiones serán resueltas única y exclusivamente, si tendremos la capacidad de hacer arder la llama “para que se eleve por sí misma”; una llama de compromiso y enorme reciprocidad.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Gentileza del sitio de la Academia Rabínica "Orot Shaul".