La profecía, aunque dirigida a las naciones, principalmente exhorta a Israel a no dejarse seducir por la idolatría, sino a confiar en Dios y esperar Su salvación. La profecía sobre el conquistador que viene del este está principalmente dirigida a Koresh, pero puede interpretarse como aplicable a cualquier conquistador que vence a sus enemigos, desde los días de nuestro patriarca Abraham hasta la redención completa.
En esta Parashá, sección, hay una especie de debate con los pueblos idólatras, y la profecía le demuestra a los pueblos que el culto a los ídolos es vano, y que en la victoria del conquistador que viene del este, hay una evidencia de la nulidad de los ídolos y del poder absoluto del Dios de Israel. Y aunque las palabras estén dirigidas directamente a los pueblos: "Guarden silencio ante mí, oh islas" etc. (versículo 1) - es probable que las palabras estén dirigidas principalmente a los israelitas que viven en el exilio entre los pueblos, y la profecía les predica a Israel que no se dejen seducir por las creencias de los pueblos en cuyas tierras habitan, sino que confíen en su Dios y mantengan la esperanza de Su salvación. De hecho, del final de la profecía se infiere que solo en el futuro, cuando el gran milagro de la transformación del desierto en tierra fértil sea visible para todos, los pueblos reconocerán la grandeza del Dios de Israel.
Y ya hemos mencionado anteriormente que estas promesas y consuelos estaban originalmente destinados para los días del retorno a Tzión desde el exilio de Bavel, y como no ascendieron de un modo masivo, no se cumplieron literalmente y en su totalidad en esa generación, y están destinadas a hacerse realidad en los días de la redención completa, pronto en nuestros días. Y según esta interpretación, hay que decir que las palabras sobre el conquistador que viene del este, estaban originalmente dirigidas a Koresh, Ciro, el rey de Paras, Persia, y el texto no lo mencionó por su nombre, porque la gente de su generación entendía bien a quién estaban referidas las palabras, y la mención de la cuestión en forma de alusión refuerza la impresión de las palabras en los oyentes. No obstante, este hecho, que la profecía no especificó el nombre de “Koresh”, se ajusta al estilo de las profecías que se dijeron para su tiempo y para las generaciones futuras, y así las palabras pueden interpretarse para cualquier conquistador que venza a sus enemigos. Y el primer hombre del que se cuenta en el texto bíblico que venció a sus enemigos de manera maravillosa para tomar una venganza justa, es nuestro patriarca Abraham en la guerra de los reyes (Bereshit, capítulo 14), y por consiguiente, nuestros Sabios interpretaron, y así lo tradujo Ionatán y explicaron varios comentaristas, que la profecía alude a nuestro patriarca Abraham. Y por esta razón, esta profecía fue elegida (conforme a las costumbres de todas las comunidades) como la Haftará (la porción del Tanaj que leemos a continuación de la lectura de la Torá en Shabat y en las festividades) para la Parashá, la sección de “Lej Lejá”, “Vete para ti”.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del Tanaj con el comentario Daat Mikrá, ediciones Mosad HaRav Kuk Ierushalaim, libro Yeshaiahu, tomo II, páginas 437-438