La malaria gestacional y la impureza de la parturienta

La malaria gestacional y la impureza de la parturienta

Están quienes sostienen que la impureza de la mujer que dio a luz forma parte del mundo de los mitos negativos que se le adjudicaronal parto a lo largo de generaciones.

¿Cómo se refiere la Halajá al nacimiento? La Parshá (sección) Tazria fija que la mujer que da a luz está impura una o dos semanas. La percepción popularcontempla a la impureza como una especie de calidad espiritual transparente, que se apegó a las personas o a determinados lugares. Según esta mirada, aparentemente podremos ver la impureza de la mujer que da a luz como combinada con un conjunto de mitos negativos que se le han adjudicado al parto durante generaciones.

En el siglo XVII se desató una epidemia en Europa-“la malaria gestacional”. La epidemia le causó daño a mujeres parturientas, y eliminó a una gran parte de ellas. La horrible y misteriosa enfermedad se sumó a la magia oscura que la imaginación popular ha creado alrededor del nacimiento. Sólo en el siglo XIX se descubrió que la “epidemia” surgió, única y exclusivamente, a partir de una causa: los médicos atendían enfermos graves, y hasta realizaban intervenciones quirúrgicas, y de allí pasaban a la sala de partos sin lavarse las manos. La epidemia comenzó en una época en la cual las mujeres comenzaron a dar a luz en hospitales, y cesó en el momento en el cual los médicos descubrieron el jabón.

Pero de hecho, la impureza de la mujer que da a luz se combina de manera lógica con el conjunto de leyes de impureza y pureza. Al final de cuentas, la impureza es un estado halájico, que obliga a determinadas personas a alejarse del santuario y de lo sacro. La impureza tiene un mensaje básico: la negación de la muerte. Una persona fallecida es el mayor origen de una impureza.  El  leproso es impuro, visto y considerando que, según Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria), es “considerado como muerto” (Tratado de Nedarim 64, carilla 2). El reptil y el cadáver del animal impurifican. La impureza de un hombre que tuvo un episodio de flujo seminal y una mujer en su período menstrual manifiestan un potencial de vida que no se ha concretado.

Aparentemente, la mujer que da a luz aparece en esta lista como una excepción: ella promueve vida, y no muerte. Pero debe prestarse atención que no es el bebé el que está impuro, sino su madre que lo alumbró. El bebé es puro, porque en él late una nueva vida que llegó al mundo. La parturienta está impura, por el potencial de vida que salió de ella. Es posible que ésta también sea la causa que la mujer que dio a luz a una niña está doblemente impura en comparación con la mujer que dio a luz a un varón: la beba tiene un potencial de vida mayor al del bebé, ya que algún día ella también tendrá sus hijos.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot".

 

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