La prohibición de mezclar carne con la leche

La prohibición de mezclar carne con la leche

En tres ocasiones, la Torá menciona la prohibición de mezclar carne con leche. En nuestro capítulo, es mencionada junto a las leyes de comidas prohibidas. El Rambán aprende de ello que el sentido de la prohibición surge de la crueldad que se halla entre los paganos que no se auto-controlan en el campo de lo permitido.

Tres veces figura en la Torá la prohibición de carne con leche. En las parashot (secciones) de Mishpatim (Shemot, capítulo 23, versículo 19) y Ki Tisá (Shemot, capítulo 34, versículo 26) la prohibición aparece junto a las leyes de los sacrificios en las festividades. En vistas a la prevalencia de la carne con leche en el culto pagano en la época antigua, parece que la Torá viene a advertir de un modo especial contra el fenómeno, a través de nuestro servicio de sacrificios y su consumo. Y sin embargo, la prohibición que figura en nuestro capítulo, está citada después del detalle de las especies de animales permitidos y prohibidos para ser  consumidos, y así figura en la Torá: “No podrán comer ningún cadáver…ya que pueblo consagrado eres tú ante Adonai, tu Dios, no habrás de cocer el cabrito en la leche de su madre” (Versículo 21).

Parece que justamente aquí la Torá hace referencia a la profunda raíz espiritual de la prohibición.

El comentarista Rambán, en nuestro capítulo, al fundamentar la prohibición, escribe:

 “Y la razón por la cual eres “un pueblo consagrado ante Adonai, tu Dios”, está relacionada con “no habrás de cocer el cabrito en la leche de su madre”, ya que no se trata de un alimento abominable, pero habrá de prohibirlo para que seamos consagrados en lo que comemos o para que seamos consagrados para no ser un pueblo cruel que no tenga piedad…”

El Rambán alude a la crueldad en la acción por la cual fue prohibido. Y efectivamente, en este caso la crueldad es muy evidente, a tal punto que es imposible abstraerse de la sensación de que precisamente es la crueldad la que se halla en la base del sentido de este ritual en la práctica de la idolatría.

Parece ser que la explicación del fenómeno se halla insinuada en la cita de la prohibición en Parashat (la sección) de Reé. En esta Parashá, la Torá amplía el concepto alusivo al permiso para consumir carne.

Tras extenderse en sus conceptos en relación al ámbito en el cual la persona tiene permitido comer acorde a “todo el deseo de su ser”, figura la advertencia de la Torá acerca de la mezcla de carne y leche-ya que éste es el punto en el cual fracasó el mundo pagano. La posibilidad de lidiar con el mundo de “lo permitido” es la que genera el dilema espiritual, y finalmente presiona a la persona para tornarse más cruel con el mundo animal, y cocer el cabrito en la leche de su madre.

Cuando lo permitido es aprovechado de manera correcta, el control de la persona sobre el mundo queda reflejado como una idea acertada, y alcanza su objetivo. Un “pueblo consagrado” es aquel que está tranquilo con su conciencia, y por ende vive en paz, también con los animales, y no tiende a inclinarse hacia el extremismo y la crueldad. El aprovechamiento, la explotación  de la naturaleza por el hombre no es violencia, sino hacer partícipe a la naturaleza de esos objetivos con los que todo el universo está comprometido.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".

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