La reacción contra la lápida de Meishá

La reacción contra la lápida de Meishá

En la base de los capítulos 15-16 de Yeshaiahu y el 48 de Irmiahu, se halla una profecía antigua. Esa antigua profecía es una reprimenda de enojo por la blasfemia y la jactancia de Meishá  hacia Israel y su Dios en la “lápida de Meishá”, que, aparentemente, fue pronunciada por un profeta del círculo del profeta Eliahu.

Entre las profecías de Yeshaiahu e Irmiahu sobre los pueblos, Moav tiene un lugar importante, que no se concilia con su valor e importancia. Dichas profecías difieren de otras por el hecho de que tienen una multiplicidad de nombres geográficos. Alrededor de veinte nombres de sitios en la tierra de Moav y sus adyacencias fueron mencionados en las palabras de Irmiahu, y la mayoría de esos nombres fueron mencionados previamente en los conceptos de Yeshaiahu. Además, la profecía parece ser una profecía antigua citada por Yeshaiá e Irmiá.

Esto sólo puede ser comprendido a la luz de la comparación de la profecía con el texto de la inscripción de Meishá. Esta comparación nos habrá de señalar que dicha antigua profecía citada por Yeshaiá e Irmiá, no es más que una reacción profética furiosa a las palabras arrogantes de Meishá en su inscripción.

En la inscripción de Meishá se escribió: “E Israel se perdió para siempre”.

 El ámbito de triunfos de Meishá se redujo a la zona sur de la ribera del Iardén (Jordán), y Meishá no tenía posibilidad alguna de causarle un daño concreto al reino de Israel. A pesar de ello, tal vez no se trate de una jactancia vana excesiva sino de un eslabón en la pelea histórica, de cientos de años, entre los dos pueblos.

Resulta que el antiguo cántico de los gobernantes: “Perdido estás, pueblo de Kemosh... Jeshbón está perdida...” (Bamidbar, capítulo 21, versículos 29-30), estaba en boca de Israel durante generaciones, y los Moavim querían, por cierto, hacer olvidar su gran caída en la antigüedad. Ahora, con la derrota de Israel, se apresuró el rey victorioso a aplicar el cántico de la caída a Israel, diciendo: nunca más se dirá sobre Moav “Perdido estás, pueblo de Kemosh... Jeshbón está perdida”, sino que es Israel el que se ha perdido para siempre. La guerra contra Moav, descrita en el capítulo 3 de Melajim II, es, aparentemente, es una guerra reactiva de Israel a raíz de la conquista Moavita descrita en la lápida de Meishá, a partir de una jactancia excesiva.

En esa misma guerra, Elishá profetiza enérgicamente la derrota de Moav: “porque entregará a Moav en vuestras manos; y destruirá todas las plazas fuertes y todas las ciudades hermosas, y también tumbarán todo árbol bueno y cegarán todos los manantiales de aguas; y a todo campo fértil lo arruinarán con piedras” (Melajim II, capítulo 3, versículos 18-19). Se puede suponer que esta antigua profecía de ira, citada por Yeshaiá e Irmiá, fue dicha en un principio, por un profeta del círculo del profeta Eliahu, que vivenció la conquista Moavita y vio con sus ojos la lápida de Meishá o lo grabado en ella, y reaccionó a la misma.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Cortesía sitio Daat

 

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