La sangre del Sumo Sacerdote expía

La sangre del Sumo Sacerdote expía

La Torá brinda una solución para la expiación del homicida que actuó en forma intencional con el derramamiento de su sangre, ¿y en relación al que mató en forma involuntaria, qué pasará? ¿Qué es lo que lo expiará? Parece que el hecho de que el que mató en forma involuntaria debe permanecer desterrado hasta la muerte del Sumo Sacerdote, nos enseña que la muerte del Sumo Sacerdote, lo expía.

En el caso del que asesina en forma intencional, la sangre del asesino expía la sangre derramada, ya que la Torá decreta su condena a muerte. No obstante, si solo la sangre expía la sangre, ¿cómo habrá de ser expiado el delito del que asesinó en forma involuntaria? He aquí que no deseamos su muerte, por el contrario, lo protegemos para preservar su vida!! Aparentemente la respuesta a este interrogante se halla en el lapso de tiempo que le fue decretado para su permanencia en el exilio-hasta el fallecimiento del Sumo Sacerdote. La sangre del Sumo Sacerdote expía la sangre por él derramada. Este fundamento, que la sangre del ser humano puede expiar el pecado del prójimo, no está del todo claro e impone una explicación. La esencia del Sumo Sacerdote es la proximidad y solidaridad con el otro. El Cohen representa al colectivo del pueblo de Israel ante Dios, primero y principal, en el proceso de expiación de Iom Hakipurim, el Día del Perdón. Para que el proceso resulte significativo, parece que la solidaridad debe ser recíproca-así como el Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote debe solidarizarse con el colectivo y representarlo, del mismo modo el pueblo, por su parte, debe sentir un vínculo profundo con él. Así era el vínculo entre el pueblo de Israel y el primer Sumo Sacerdote, Aharón. La Torá relata acerca del llanto prolongado y continuo de “toda la casa de Israel” al recibir la noticia  de su deceso. (Bamidbar capítulo 20, versículo 29)

La expiación por medio de la muerte del Sumo Sacerdote por el pecado de aquel que mató involuntariamente, es equivalente a la expiación que realiza el Cohen en favor del pueblo, en Iom Hakipurim, el Día del Perdón. También en este caso, el ser humano debe participar del proceso. Su cooperación es, de hecho, la salida al exilio, y como en Iom Hakipurim, el Día del Perdón, el proceso debe estar acompañado por un balance profundo.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Lehitorer leiom jadash: kriá mitjadeshet shel haTorá veshel jaJaim" ("Despertar a un nuevo día: una lectura renovada de la Torá y de la vida"),  publicado por Maguid.

 

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