Mientras que en relación a la plata y al cobre la Torá destaca tanto la cantidad que se juntó como el uso que se le dio, en lo concerniente al oro la Torá menciona sólo la cantidad. Puede ser que de este modo la Torá nos enseña que el propósito de la recolección de oro fue, ante todo, no para ser destinado a los utensilios, sino como una “respuesta de peso” para la recolección del oro para el becerro.
En el capítulo anterior la Torá menciona las cantidades del oro, la plata y el cobre que fueron recolectados para la construcción del Mishkán (Capítulo 38, versículos 24-31). Pero, la estructura de estos versículos genera cierta confusión, por la notable diferencia entre la descripción del oro y la descripción de la plata y el cobre. En referencia a la plata, la Torá señala tanto las cantidades recolectadas (capítulo 38, versículo 25) como el uso que se les dio (Versículos 26-28) y del mismo modo en relación al cobre (capítulo 38, versículos 29, 30-31). A diferencia de ello, en cuanto al oro fue señalada sólo la cantidad: “Todo el oro empleado en la obra, en toda la obra del Santuario -el oro de la ofrenda- fue veintinueve talentos y trescientos treinta shekel, del shekel del Santuario “ (capítulo 38, versículo 24), pero la Torá no mencionó para nada el uso que se le dio a esa cantidad. ¿Cuál es el motivo de esta diferencia entre la descripción del oro y la de la plata y el cobre?
Rambá”n sugirió que la diferencia se debía a una causa técnica, ya que la mayor parte del oro fue destinada al revestimiento de los utensilios, y Moshé no sabía cuánto oro se requiere para el revestimiento, y así escribió Rabí Abraham Ibn Ezra (uno de los destacados comentaristas bíblicos y literatos del medioevo. 1089-1167): “¿y quién podría calcular cuánto oro requieren los utensilios del Mishkán?”. Pero, en esta respuesta aún vemos algo incomprensible, ya que la Torá podía haber señalado, como en los casos de la plata y el cobre, que el oro estaba destinado para los utensilios de oro (la Menorá (candelabro) y el propiciatorio), y para el revestimiento de los otros utensilios (así como en relación a la plata fue dicho que fue utilizada para el revestimiento de los pilares). Entonces, ¿por qué la Torá no adoptó esta alternativa?
Puede ser, que se deba responder a este interrogante de un modo diferente. De aquí se puede concluir, que el destino del oro era no sólo para la elaboración de los utensilios del Mishkán, sino que tenía una función adicional, que no está esencialmente relacionada con esos utensilios. La descripción de la entrega de las donaciones figura en la Torá después del pecado del becerro de oro, en la Parshá (sección) Ki Tisá, y por ello es posible, que con la entrega del oro había una especie de expiación de los hijos de Israel por el uso dado anteriormente al oro- “Se desprendieron, todo el pueblo, de los zarcillos de oro que estaban en sus orejas y se los trajeron a Aharón…e hizo de él un becerro de fundición (Capítulo 32, versículos 3-4): “¡Ha incurrido este pueblo en pecado grande! Se hicieron ídolos de oro“(Capítulo 32, versículo 31).
El valor de traer el oro, fue por lo tanto, una reparación del uso negativo hecho anteriormente con el oro, por lo que la Torá vio un valor al destacar que el oro se traía en sí mismo y no sólo por la necesidad práctica de su uso real en el Mishkán.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Nekudat Ptijá" publicado por el Instituto "Tzomet"
RabAmnon Bazak: Cursó sus estudios en las Yeshivot “Netiv Meir” y “Har Etzion”. Prestó servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel, en el marco del Rabinato del Ejército. Docente de Tana”j en el Instituto Herzog.