El relato de la guerra de los reyes del sur es similar al relato de la guerra de los reyes del norte, pero mientras que en el capítulo 10 está descripta la guerra que se registró en un lapso de tiempo muy breve, por medio de grandes milagros y con la participación de todo el pueblo; he aquí que en el capítulo 11, es descripta la guerra llevada a cabo con dificultades y a lo largo de un tiempo prolongado. Parece que el espíritu de muchos de los hijos de Israel se debilitó, y a la par del debilitamiento espiritual también decayó la ayuda divina.
El relato de la guerra del sur finaliza con las palabras: “A todos estos reyes y sus tierras tomó Yehoshua de una sola vez, pues el Eterno Dios de Israel luchaba por Israel” (Capítulo 10, versículo 42).
A lo largo de todo el capítulo hay una referencia a la rapidez con la cual se desarrolló la contienda, y a la participación de todo Israel en la guerra.
La contienda estuvo acompañada por milagros, siendo el más importante de ellos el milagro de la detención del sol, que posibilitó concluir la contienda en forma rápida, e impidió al enemigo reorganizarse, tal como lo describe el versículo poético: “Y se paralizó el sol y la luna se detuvo hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos” (Capítulo 10, versículo 13). La clave del éxito de Yehoshua en la guerra contra los reyes del sur fue una combinación excepcional de cuatro factores:
Circunstancias reales-la organización de los reyes de Kenaan en una coalición fuera de sus ciudades;
La inteligencia de Yehoshua como general, que supo aprovechar la oportunidad y puso en marcha a sus fuerzas en beneficio de su programa;
Una maravillosa ayuda milagrosa que Yehoshua tuvo el mérito de recibir tras su pedido a fin de plasmar su programa;
La entrega de los combatientes de continuar la persecución hasta su finalización.
A diferencia de ello, en el relato de la guerra de los reyes del norte se describe una realidad distinta. Al final de la guerra de los reyes del norte, el texto señala: “Largo tiempo se extendió esta guerra que Yehoshua hizo contra todos los reyes” (Capítulo 11, versículo 18).
¿Acaso la definición cronológica a propósito del largo tiempo es tan solo una declaración históricamente realista, o tal vez manifiesta su evaluación relacionada con la conducción de esta guerra?
Cuando observamos detenidamente el capítulo 11, se ve que en la guerra del norte, Yehoshua no disfrutó del apoyo nacional y del entusiasmo de “todo su pueblo Israel”, y resulta que tampoco se hizo acreedor a un apoyo divino pleno, y por ello en esta guerra no se registraron milagros. La escasez de fuerzas y la falta de milagros ocasionaron la prolongación de la guerra.
En el capítulo 10 se describe la guerra llevada a cabo en un tiempo singularmente breve, y la descripción es extensa y detallada; y en el capítulo 11 se describe la guerra llevada a cabo a partir de dificultades y un tiempo prolongado, y precisamente es descripta con relativa brevedad. El espíritu de muchos de los hijos de Israel se debilitó, y a la par del debilitamiento espiritual, la ayuda divina también decayó.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".