Las dos caras de la moneda

Las dos caras de la moneda

“Pero muchos de los Cohanim y los Leviim y de los jefes de las casas paternas, ancianos que habían visto el primer Templo, viendo fundar esta casa, lloraban en voz alta, mientras muchos otros daban gritos de alegría. Y el pueblo no podía discernir entre el clamor de los gritos de alegría y la voz del llanto del pueblo: porque clamaba el pueblo con gran júbilo y se oían las voces  desde lejos” (Ezrá, capítulo 3, versículos 12-13).

 “Y muchos daban gritos de alegría”

Conforme a la interpretación del Rambam, en el capítulo 1 de Hiljot Trumot, en relación al concepto de que la santidad de Yehoshua quedó anulada y la de Ezrá permaneció vigente, ya que la santidad de Yehoshua estaba motivada por la conquista y al conquistar la tierra de los enemigos, pues culmina la conquista y también la santidad, pero la santidad de Ezrá, que era por presunción, no fue anulada.

Y eran muchos los que lloraban al ver que se construía con la autorización de Koresh y conforme a su orden que se limitaba a la construcción…y si hubieran tenido el mérito, se habría producido  un milagro en la época de Ezrá como sucedió en la época de Yehoshua Bin Nun, como expresaron Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria (Tratado de Berajot 4) y por ello lloraron. Y muchos se alegraron, porque a través de ello la santidad será universal y no será anulada.

Y el Midrash sostiene que el pueblo no podía discernir entre los gritos de alegría y la voz del llanto del pueblo (versículo 13), y que por el hecho mismo de que unos lloraban porque se estaba construyendo a partir de la autorización de Koresh, por eso mismo, muchos que entendían el beneficio de ello, se alegraron, mientras muchos que no conocían este beneficio, proferían grandes gritos de alegría.

Malbim- Rabí Meir Leibush Ben Iejiel Mejl (1809-1879), nació en Polonia y falleció en Rusia. Durante gran parte de su vida, recorrió Europa Oriental y se desempeñó como Rabino en algunas ciudades. En su comentario a la Torá “HaTorá vehaMitzvá”, “La Torá y el precepto”, cita los Midrashei Halajá y los analiza en comparación con la literalidad de los versículos, siendo muy preciso y puntilloso con la gramática bíblica.

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