Una de las áreas interesantes en el estudio de la Torá, es la de la comprensión del sentido de los preceptos. La persona que entiende el sentido del precepto, se identifica con el mismo y desea cumplirlo. No obstante, se debe señalar que en realidad, no estamos realmente en condiciones de internalizar el sentido y la profundidad de los preceptos. A partir de esta comprensión elemental, observaremos los sentidos del precepto de “Shiluaj Haken” (el precepto de enviar a la madre-ave antes de tomar a sus crías)

Tres razones centrales fueron mencionadas para el precepto de “Shiluaj Haken”:

Una, la de fortalecer en nuestro corazón la virtud de misericordia, para que no tomemos a las crías en presencia de la madre, sino que antes la dejemos en libertad, y una vez que se haya alejado del nido, tomaremos a sus polluelos (Rambán, Devarim capítulo 22, versículo 6, Jinuj 5645, y ver Ialkut Meam Loez Devarim, página 830). La segunda razón, es la de incorporar a nuestro sentir un profundo respeto por la conservación de los animales. La base más importante para la vigencia de las diversas especies en el mundo, es la capacidad de ellos de criar a la próxima generación. A tal fin, Dios ha creado cada especie con cualidades destinadas a garantizar la existencia de la generación venidera. A partir de la cualidad natural por la cual la madre-ave cuida a sus polluelos o huevos, existe una profunda expresión de preocupación y entrega por la crianza de las generaciones. Y no es apropiado que aprovechemos la cualidad natural de la madre, que protege a sus polluelos, para lograr cazarla.

Según estas razones, se puede comprender la recompensa prometida por la Torá para aquella persona que cumple con este precepto de enviar a la madre-ave antes de tomar a sus crías, como está citado “ya que va a ser bien para ti y prolongarás días” (Versículo 7), pues todo aquel que adhiere a las virtudes de Dios y se apiada de los animales, tendrá el mérito de una vida buena y prolongada. Además expresaron Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, que en mérito a este precepto, las personas estériles logran fecundar, ya que tal como ellas respetaron la preocupación de la madre-ave por sus polluelos, del mismo modo ellas tendrán el mérito de criar niños (Devarim Raba 6, 6; Ialkut Shimoni Parashá Ki Tetzé)

Entre los cabalistas es mencionada una razón adicional, y la misma concierne a nuestra situación nacional, y es que en el momento en que nosotros separamos a la madre-ave de sus polluelos, y ella se lamenta por ellos y levanta vuelo, de inmediato surge el recuerdo del pueblo de Israel ante su Padre Celestial, y genera en ellos misericordia, que desde el momento en que la divinidad salió al exilio y fue destruido el Beit Hamikdash, el Gran Templo, los hijos se hallan apesadumbrados y cautivos, cual huérfanos y solitarios, sin madre ni padre. Y en ese mismo momento, tiene lugar y se percibe una gran misericordia por el pueblo de Israel.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj y Maor Horowitz, Academia Rabínica "Har Brajá".