La fidelidad de Iaacov hacia Rajel es equivalente a la lealtad de Dios para con el pueblo de Israel. En ambos casos se creó un sistema de relaciones a largo plazo preparado para afrontar dificultades.
En el capítulo 12, el profeta apela al recuerdo de Iaacov y lo presenta como un símbolo de fidelidad. “Mas Iaacov huyó al país de Aram, e Israel se hizo siervo por una mujer, y por una mujer guardó (ovejas)” (Versículo 13). Si nos detenemos por un instante y contemplamos lo actuado por Iaacov, veremos cuán fuerte ha internalizado el concepto de la fidelidad. Dicha cualidad se pone de manifiesto, desde el inicio, cuando ama a Rajel y solicita casarse con ella. Al principio, Iaacov se ve forzado a esperarla siete años, desarrollando un duro trabajo para Laván, y todo ello, por su gran amor por Rajel. Pues, preguntémonos: ¿Cuántos de nosotros, en la edad de búsqueda de pareja estaríamos dispuestos a esperar siete años completos por una determinada muchacha? Incluso si la amáramos, seguramente habríamos dicho qué lástima que no podemos casarnos con ella pero son muchos los emisarios de Dios, hay muchas buenas muchachas en la ciudad, y no esperaríamos siete años sino que nos hubiéramos despedido cordialmente y buscaríamos otra más linda que ella (o igual que ella). Y no obstante, Iaacov es leal a su amor y no busca otras alternativas.
El concepto de lealtad personal queda reflejado con mayor fuerza y contundencia, en la continuidad del versículo que alude al engaño de Laván a Iaacov, al darle a Leá. Ahora, cuando ya tiene una mujer, la propuesta de esperar siete años más, como un extranjero en tierra ajena y trabajando duramente, requiere de una porción colmada de lealtad personal a su amada. Y no olvidemos, que no tiene garantía alguna de que también en esta ocasión Laván no intentará engañarlo y desentenderse del acuerdo propuesto. Si en la primera ocasión, le cambiaron a la mujer destinada, ¿Quién se atreverá a decir que el engaño no se repetirá? De modo, que su voluntad de trabajar siete años adicionales, ante la duda si recibirá a Rajel es una manifestación excepcional de lealtad.
El versículo siguiente compara la lealtad de Iaacov con la lealtad de Dios hacia su pueblo: “También por un profeta sacó el Señor a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado” (Versículo 14). El final del versículo “y por un profeta fue guardado”, es paralelo al final del versículo anterior (“y por una mujer guardó”), y también deben verse como paralelos los principios de los versículos, es decir, el trabajo en pos de Rajel equivale al profeta que saca a Israel de Egipto. En ambos casos se crea un sistema de relaciones a largo plazo dispuesto a afrontar las dificultades a partir del compromiso hacia la apareja (Rajel/la congregación de Israel).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Gentileza sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”.