David está rodeado del amor de todo su entorno, y a medida que dicho amor se incrementa y se profundiza, así aumentan los celos de Shaúl.
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Generalmente, los celos son manifestados en dos direcciones:
Una posibilidad, son los celos a la persona amada. El amor despierta el sentimiento de los celos hacia los que amenazan con dañarlo y los celos lo protegen. Y hasta es posible que estos celos sean dirigidos a la persona amada, cuando es contemplado como aquel que le hizo daño a la completud del amor. De este modo, los dos sentimientos contrastantes, el amor y los celos, están juntos en el corazón del alma atormentada-“enferma de amor”-y son dirigidos hacia la misma personalidad de un modo distorsionado y maligno, los celos pueden aparecer a partir de un amor propio excesivo, que ve en cada habilidad del prójimo una amenaza a la propia existencia. Incluso el amor al prójimo, el amor de una persona a otra, aviva los celos enfermizos de aquel que no lo logró. Y a medida que el amor crece, así aumentan los celos del que se siente rechazado. “pero la envidia es carcoma de los huesos” (Mishlei, Proverbios, capitulo 14, versículo 30). Los celos son veneno y carcoma que penetran en el alma de la persona, la alimenta y la destruye por dentro, y enloquece a la persona.
También aquí, David está rodeado de amor-el amor de Yonatán, el amor de Mijal y el amor del pueblo-y a medida que este amor se incrementa, del mismo modo crecen los celos de Shaúl.
Editado por el equipo del sitio de Tanaj, del libro “Oz Melej-Iyunim besefer Shmuel”, Ediciones Midreshet Hagolan.