El profeta describe la venganza de Dios contra los reinos hostiles a Israel: Ashur (Asiria) y Egipto, no obstante opta por denominarlos “Liviatán” y “Cocodrilo”. ¿Cuál es el sentido de estas figuras? ¿Acaso tiene la intención de insinuar un movimiento más general de la historia?
La profecía que veremos a continuación concluye con la descripción de la redención de Israel de manos de Egipto y de Ashur. El profeta describe una gran congregación de las diásporas de todos los que habían sido perdidos en la tierra de Ashur y los que habían sido desterrados en la tierra de Egipto, y profetiza de ese modo, porque aquellos que fueron exiliados a Egipto, serán recogidos uno a uno (12-13).
Estos reinos colmarán su medida y, en consecuencia, Dios, los castigará por sus pecados y ajustará cuentas con ellos por todas las aflicciones que causaron a Israel durante sus reinados. Así interpretan nuestros Sabios (Sotá 10a) el versículo: "Con medida, al echarla, contenderás con ella" (Isaías 27:8) - Cuando se colme la medida de sus pecados y concluya su misión histórica, Dios les retribuirá según sus actos y salvará a Israel de sus manos.
Si este es el tema de la profecía, ¿por qué el profeta comienza con una descripción mitológica de la espada de Dios levantada contra dos grandes leviatanes llamados serpiente huidiza y serpiente tortuosa, y con la descripción de la matanza del dragón que está en el mar? ¿Cuál es el significado de la parábola en la que el profeta menciona estas criaturas marinas?
Parece que hay aquí una alusión a un movimiento mucho más general que encontramos en los albores de la creación, en el momento en el cual Dios creó los grandes cetáceos (Bereshit, capítulo 1, versículo 21). Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, interpretan que el texto con la escritura faltante (la palabra “Taninim”, sin la letra “Iud”), viene a indicarnos que Dios los creó macho y hembra, no obstante mató a la hembra, a fin de que no destruyeran el mundo debido a sus imponentes dimensiones.
Así también es la imagen en referencia a los reinos de Egipto y Ashur (Asiria), dos grandes potencias que tienen un rol en el mundo, sin embargo, ambas podrían desviarse de su destino original y llegar a destruir el mundo. Es por ello que Dios les marcó un límite y un tiempo a fin de que pudieran desempeñarse productivamente y no causaran, Dios libre y guarde, una destrucción irreversible.