Los portones del cielo

Los portones del cielo

El texto le atribuyó importancia al ascenso y a la trayectoria de la partida de Eliahu. Parece que los tres sitios por los cuales atravesó, Beit El, Ierijó y el Iardén, son portones y aberturas adecuadas para ser puntos de transición a través de los cuales se asciende al Cielo.

Eliahu podia haber sido llevado desde cualquier sitio, pero aún así se le pidió que se dirigiera al Iardén (Jordán). El texto le atribuyó importancia al lugar de su partida y a la senda recorrida por él: provino del Shomrón y el Carmel, y se dirigió a Ierijó y Beit El, a través del Guilgal, y de allí al Iardén. Aparentemente, dichos lugares: Beit El, Ierijó y el Iardén, son puertas y aberturas dignas de ser puntos de transición a través de los cuales se asciende al cielo.

En referencia a Beit El, Iaacov dijo: “¡Cuán imponente es este lugar, no es sino la morada de Elohim y este es un pórtico hacia los cielos!” (Bereshit, capítulo 28, versículo 17). Allí vio la escalera en la cual los ángeles de Dios suben y bajan. También Eliahu podría haber utilizado la escalera y este pórtico, y a través de ellos, ascender al cielo. Pero al llegar allí, asomó la palabra Divina y envió a Eliahu a Ierijó. Ierijó es el portón y el pestillo de la Tierra de Israel. Encierra y está herméticamente cerrada-con puertas de hierro y fortalecida con cerraduras de cobre. Es el pestillo de piedra y la cerradura humana que bloqueó el camino a la tierra. Dicha cerradura fue violada por el Arca Sagrada de un modo milagroso.

Pero Ierijó es también el portón entre lo profano y lo sagrado, entre lo impuro y lo puro. Era una ciudad cananea e impura y al llegar a la misma el ejército de Dios e Israel, se convirtió en Tierra Santa, y en el comienzo del anatema fue prohibida a las criaturas y consagrada al Cielo y al Beit HaMikdash, el Gran Templo. De Ierijó, Eliahu fue enviado al Iardén. El Iardén es una “puerta de entrada” que une mundos. Es un puente entre la ribera oriental y la occidental del Iardén, que une el exterior con su interior, que fluye de la cueva pagana de Pamias y su poder para purificar y sanar. Es una escalera entre la tierra y el cielo, y las letras del Iardén terrenal que equivalen a las letras del río de fuego del cielo, el río Dinur. El Iardén no es un canal de agua que se atraviesa, sino un río vivo que actúa de modo positivo en aquellos que lo cruzan, y de ese modo, los hace mejores.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Mikdash Melej-Iyunim beSefer Melajim”, de ediciones Midreshet HaGolán

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