Los reinos surgen y desaparecen

Los reinos surgen y desaparecen

¿Acaso los reinos asoman y desaparecen de un modo natural, o tal vez hay espacio para ciertas influencias de resiliencia social, división interna y liderazgo (in) moral?

Podemos contemplar la historia con una mirada fría-todos los reinos aparecen y desaparecen (como en el sueño de Iaacov), y esta es la naturaleza de la historia; pero también se pueden introducir al análisis influencias de la resiliencia social, división interna y liderazgo (in) moral, y entonces-los reinos desaparecen (desde adentro) y otros reinos asoman en el espacio vacío que se ha generado.

La época de Jazael fue el período más intenso y brillante de Aram Damesek como el reino más fuerte de la zona, y la gloria de Israel de la época de Ajav desapareció por completo.  “porque (Jazael) no había dejado a Yehoajaz más gente que cincuenta de a caballo, con diez carros de guerra, y diez mil hombres de a pie, pues que los había destruído el rey de Aram, y los había puesto como el polvo que se pisa” (versículo 7). Ya hemos explicado (anteriormente) que a esta situación pertenecen también los capítulos (6-7) alusivos a los batallones de Aram y el sitio a Shomrón. La mirada profética de la palabra de Dios a Eliahu en el Monte Joreb (Melajim I, capítulo 19, versículos 15-18) ve en esta situación una recompensa y castigo por los delitos de la Casa de Omrí y Ajav y la maldad de Izével, particularmente, después de que Eliahu no coronara exitosamente su lucha por el alejamiento de Izével. En el mismo sentido, se puede también supeditar la debilidad de Yehú y Yehoajaz a la fragmentación interna entre la nobleza de Shomrón y los discípulos de los profetas que fueron perseguidos por Izével, con la ideología “desértica” de Yehonadav, el hijo de Rejav (anteriormente en el capítulo 10).

El profeta Elishá acompañó al reino de Israel en la época de Yehú y Yehoajaz (unos 45 años) con aliento y esperanza, e incluso los ayudó a revelar y detener a las fuerzas del ejército de Aram. Con el ascenso de Yoash (del reino de Israel) llegó la hora de la muerte del profeta. El rey Yoash reaccionó con las mismas palabras utilizadas por Elishá en referencia a Eliahu-“¡Padre mío!, ¡padre mío! ¡Carro de Israel y su gente de a caballo!” (versículo 14), es decir, ¿cómo podremos mantenernos sin Ti? Elishá depositó en sus manos el arco y las flechas y las victorias de Aram, pero Yoash no se atrevió a pensar en una victoria resonante (“hasta acabarlos”; versículo 19), y por consiguiente, las victorias decisivas y la transformación de la historia quedarán para Yarovam, el hijo de Yoash.

Cortesía sitio 929.

 

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