Mejoren sus acciones en beneficio de sus hijos

Mejoren sus acciones en beneficio de sus hijos

Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria) nos enseñan que también un niño pequeño puede impurificarse por medio de la lepra, ¿cómo es posible? ¿Cuál fue el pecado social del niño para ser castigado? El Rabino Shimshon Rafael Hirsch explica que los pecados de sus padres son los que le imprimieron la impronta, y que ellos deben despertar y mejorar sus actos por sus hijos.

En su comentario al versículo: “El individuo cuando tuviere en la piel de su carne un tumor o una erupción o una mancha brillante y se transformare en la piel de su carne en afección de lepra, habrá de ser traído a Aharón el Cohen o a alguno de sus hijos los Cohanim” (Versículo 2) Rabí Shimshon Rafael Hirsch alude a la Halajá (Ley Judía) estudiada en la Mishná del Tratado de Nidá (5,3): “un bebé de un día....”, y esto se debe a que de acuerdo a la Guemará está contemplado en la definición de “persona” del versículo mencionado. Esta Halajá (Ley Judía) no es compatible con las causas citadas por el Rabino Hirsch en su comentario sobre las afecciones de lepra, que según su enfoque provienen como un castigo por el deterioro social, y si éste es el espíritu de los conceptos, pues ¿cuál fue el pecado de este bebé? En respuesta a este interrogante el Rabino Hirsch aclaró que las afecciones del niño representan como una especie de espejo para sus padres por sus pecados, el cual se refleja ante ellos como la mancha que aparece en la frente de su hijo, y según su parecer, el desvío en la conducta del hijo representa de hecho el reflejo de las acciones de sus padres:

La advertencia moral que es el propósito de todas las afecciones, sólo tiene efecto en la edad adulta. No obstante, los niños que aún no han alcanzado la adultez, están incluidos en el ámbito de la personalidad de sus padres, son los brotes frágiles de la humanidad. Y ellos crecerán para ser a imagen y semejanza de Dios en el hogar de sus padres y acorde a su ejemplo. Tal como la afección que se ve en la prenda y en la vivienda es una señal de advertencia para sus dueños, así también lo es cuando la afección aparece sobre la frente de un niño íntegro. Es una señal que conmueve el corazón de sus padres a fin de revisar y hurgar en sus acciones. Verán el escenario de vida que es ejemplar para sus hijos en su conducta social. El flagelo del cuerpo de vuestro hijo y la declaración de impureza y sus consecuencias son una severa advertencia para sus padres. Mejoren sus acciones en beneficio de sus hijos, sean decentes en beneficio del futuro de sus hijos. La mancha moral que afecta a sus hijosles será imputada a ustedes. En efecto, una mancha en la frente de un niño inocente es una advertencia más seria para sus padres que una afección que ha dañado a sus cuerpos (Comentario del Rabino Shimshon Rafael Hirsch sobre el versículo 59).

 

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