Misericordia profética

Misericordia profética

En el marco de su dura profecía referida a Moav, Yeshaiahu clama enérgicamente por el difícil destino de Moav. El Midrash enfatiza la ventaja moral de los profetas de Israel, quienes también son sensibles al dolor de los pueblos y a su pesar.

En el marco de la descripción del llanto en distintas ciudades de Moav, figura la frase inusual: “Mi corazón da alaridos por Moav” (versículo 5). De este versículo se infiere que también el propio profeta se solidarizó con el sufrimiento de Moav.

Hay comentaristas que argumentan que este versículo no debe ser interpretado de un modo tan extremista. El comentarista Radak (Rabí David Kimchi, comentarista bíblico de Narbona, Provenza, 1160-1235)), por ejemplo, sostiene que el versículo no es una expresión personal del profeta sino  una cita pronunciada en nombre de los Moavitas.

De una manera más sutil, Rabí Iosef Kara (exégeta bíblico francés, 1065-1135) propone que este es el modus operandi de la profecía-cuando un profeta profetiza, siente en su propio cuerpo el contenido de la profecía.  Por consiguiente, cuando Yeshaiahu pronuncia la profecía del castigo a Moav, él mismo experimenta cierta vivencia de dolor y tristeza, y por ello clama.

De todos modos, ambos comentarios suponen que el profeta no experimenta un dolor auténtico por la destrucción de Moav. A diferencia de este enfoque interpretativo, deben exhibirse las palabras del Midrash (Tanjuma Balak a; la idea es también traída por el comentarista Rashi):

“Mira la diferencia entre los profetas de Israel y los profetas de las naciones-los profetas de Israel advierten a los pueblos sobre las transgresiones, y así dice: “y te puse profeta para las naciones” (Irmiahu, capítulo 1, versículo 5). Y los profetas que designó de las naciones, dejan una brecha que provoca que la gente pierda el mundo venidero. Y más aún, todos los profetas han sido misericordiosos con Israel y las naciones del mundo, ya que Yeshaiahu dice: “Por tanto mis entrañas suenan cual cítara por Moav” (capítulo 16, versículo 11), y por su parte, Yejezkel: “Tú, pues, oh hijo del hombre, entona sobre Tzor una endecha” (capítulo 27, versículo 2). Y los profetas de las naciones del mundo, hacían gala de la crueldad, al estar a punto de desarraigar a toda una nación sin motivo alguno.

El Midrash confronta el episodio de Bilam, en el cual un profeta de las naciones del mundo se esforzó para maldecir a Israel, con las profecías de los profetas de Israel. Nuestros profetas no desean el mal de los pueblos. Sus profecías son duras a fin de que los pueblos se arrepientan y retomen la senda del bien, pero no se alegran con su caída. Por el contrario-se entristecen y lloran por ella. Según el Midrash, esta es la razón de la prioridad de nuestros profetas y de su elección. Precisamente, aquellos que se apiadan ante aquellos que escuchan su mensaje, justamente, aquellos que contemplan sus duras profecías como una oportunidad para el arrepentimiento y no para la venganza y el odio-esos son merecedores de ser profetas de Dios.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización Najat-jóvenes amantes del Tanaj, un Centro de Estudios de Tanaj para la Juventud.

 

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