David trato por todos los medios de llegar al reino a través de eliminaciones políticas. No obstante, precisamente Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, no cedieron ante David, en este punto.
Ante Yoav, David se mostraba como impotente, pero ante personas que intentaban aprovechar la realidad turbia y se erigían en protagonistas a partir del asesinato político, él actuaba, los juzgaba y ejecutaba de inmediato, con una expresión moral contundente, que resonará por generaciones. No se puede atentar no sólo contra el “ungido de Dios”, y los que asesinan a una persona inocente (“Un Tzadik, un Justo”) por la noche “en su lecho”, y traen su cabeza para alcanzar la gloria, son “malvados” (11) y su juicio es la horca cruel.
Los cambios de gobierno en un régimen monárquico, casi siempre estaban acompañados de una eliminación cruel de los hijos del rey depuesto, a fin de impedir una futura rebelión de los pretendientes a la corona. Estos trataban de escapar y hallar asilo “político” en un país rival del nuevo rey. Pero David, no deseaba llegar al reino de ese modo-no atento contra Shaúl en las dos oportunidades que parecían caídas “del cielo”, escucho a Abigail y se contuvo de atentar contra Nabal, intento salvar a Sahúl y a Yehonatán en la guerra, ejecuto a 3 hombres que atentaron contra el rey-pero en su entorno y en su reino había gente dura, que pensaba y actuaba según los códigos aceptados.
Justamente, Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, no cedieron ante David en este punto, y le endilgaron la total responsabilidad, también por los actos de Yoav. En un sorprendente Midrash que figura en la Guemará (Sanhedrín 48b) encontramos una crítica punzante sobre la maldición de David contra Yoav y su familia-“todas las maldiciones de David dirigidas a Yoav, se cumplieron en David y su descendencia”. Según los Amoraítas de Babilonia, David intentó desligarse de la sangre de Abner hijo de Ner “para siempre” (Capitulo 3, versículos 28-29) y dirigir todas las maldiciones a Yoav, y la Guemará encuentra todas esas maldiciones en David y su descendencia.
Todo aquel que afirma, en nombre de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, que David no ha pecado, se equivoca en la comprensión de la Guemará. El conmovedor cálculo moral continúa desde los conceptos de David y de las palabras de los profetas a los conceptos de Jazal.
Gentileza sitio 929